Cayetano Martínez de Irujo y su problema de salud: «Ha sido bastante grave»

Dos semanas antes de casarse, Cayetano Martínez de Irujo tuvo que pasar por el quirófano debido a una hernia discal. Puso en peligro la boda, pero consiguió recuperarse bien para el gran día. Sin embargo, tras la celebración llegaron nuevos dolores y quebrantos para el duque, lo que le está impidiendo hacer vida normal.

Así, el aristócrata se vio obligado a cancelar la misa que se celebracada año en Sevilla para recordar a su madre, Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba. Y ahora el duque de Arjona se ha abierto en canal para aclarar qué le pasa y cómo afecta su dolencia en el día a día.

Cayetano Martínez de Irujo ha hablado con la revista '¡Hola!' para contar cómo le operaron antes de la boda y todo fue de maravilla. Pero a los pocos días los «dolores inhumanos» regresaron con el foco puesto en la espalda por una infección. «He pasado unos días terribles», ha contado al citado medio.

«Ya no es todo lo que he pasado a nivel físico. Psicológicamente, todo esto me ha afectado bastante… Llevo catorce operaciones en los últimos ocho años y ha sido muy duro», ha asegurado antes de añadir con pesar: «Y esta ha sido mi luna de miel…».

Efectivamente, este contratiempo de salud ha impedido que Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirján se hayan podido ir de viaje de novios, un problema que el duque de Arjona ha calificado como «bastante grave» y del que todavía sigue recuperándose, según ha contado en exclusiva para '¡Hola!'.

Sobre la misa en honor a su madre, Cayetano Martínez de Irujo ha querido matizar que no se ha suspendido, sino que se ha pospuesto «por una causa mayor». Recuperará tan señalado acto «cuando esté bien». Ahora solo quiere descansar y recuperarse para hacer vida normal en cuando pueda. «Necesito mucha tranquilidad», ha asegurado.

Hace unos meses, el hijo de la duquesa de Alba contaba al mismo medio que estaba desarrollando un proyecto agropecuario en Las Arroyuelas con quienes él define como «guardia pretoriana», que son sus empleados. En junio recibió el premio Espiga por su labor en la defensa y la promoción de la hípica, pero también se pronunció sobre los grandes baches que ha vivido a lo largo de los años y cómo el tiempo le ha obligado a evolucionar y reinventarse.

«He estado varias veces en la ruina. Pero me las he ingeniado para salir adelante, aunque la estructura de gastos es muy difícil de mantener», decía. Y añadía: «Estoy aprendiendo a ser empresario sin dinero, como el 90% de los empresarios. Con dinero heredado es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos. Todo lo que hice los siete años después de morir mi madre me salió regular o mal, porque yo había sido deportista de élite y no estaba preparado».