Belén Rodríguez, la prestamista de 'Sálvame' desenmascara a todos sus deudores del programa

La verdad frente a los cables del polígrafo de Conchita. Y poco a poco, la verdad ha ido deshaciendo el drama de los euros y ha alimentado la visión de una Belén Rodríguez convertida en Banco de España y 'Sálvame', adelantando pasta a diestro y siniestro. El 'Deluxe' confirma que Kiko no pidió el dinero, fue ella quien se ofreció a dejárselo, acudiendo a un notario para registrar el préstamo, a devolver en dos plazos antes de un año. Sin intereses. Nunca tuvo miedo de que no se lo fuera a devolver. Pero tres meses después, una emergencia personal hizo que Belén se viera obligada a pedirle a su amigo que adelantara la devolución.

Desde ese momento hasta que le hizo el ingreso, Kiko tardó algo de tiempo, poco, de ahí que la banquera se quejara del retraso. Antes de los cinco meses, Belén recuperó los 100.000 euros. Molesta porque Marta López la llamara 'bocachancla', la colaboradora ha confesado que también prestó dinero a otras dos colaboradoras del programa, a Carmen Borrego (2.000 euros) y a la propia Marta (3.000 euros), a las que ha echado en cara que no defendieran su discreción. Hasta ahora.

Según el polígrafo, Belén desconfía de su círculo más cercano, aunque sigue sin recordar haber compartido el secreto con María Patiño: «Si se lo hubiera contado, hoy estaría dolida con ella porque pensaría que ha sido ella quien me ha traicionado». La maquinita diabólica también ha pillado a la colaboradora en varias trampas, que ha debido explicar: «No sé quien ha podido ser, pero sé quién no es. Creo que se está ampliando el círculo de sospechosos para despistar», «Si me han traicionado es que no eran mi círculo más íntimo».

«Me he arrepentido porque luego necesité el dinero y por lo que se ha montado«. Que se ha ido de la lengua, lo ha reconocido, como también que no el colaborador no le ha 'echado la bronca'. A pesar, de todo, ella cree que se puede sentir traicionado, más en unos momentos «en los que le llaman maricón por la mañana y estafador por la tarde«. No ha sido su mejor defensa, desde luego: »Pero prefiero quedar mal yo a que lo machaquen por mi culpa«. Kiko ha podido comprobar que quien tiene una amiga tiene un tesoro.