Alex Rodríguez rompe su silencio: el amor, los errores y la lección que le dejó Jennifer Lopez
Tras años en el centro de la fama, el ex de JLo se sincera sobre el precio del éxito y el momento en que perdió el rumbo. «Cometí errores públicos, pero aprendí a quererme sin máscaras», asegura
Así ha sido el reencuentro de Jennifer Lopez y Ben Affleck tras su divorcio: risas, complicidad y ningún rastro de tensión
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAntes de convertirse en el inseparable compañero de Jennifer Lopez (56 años), Alex Rodríguez (50 años) ya era una leyenda del béisbol americano. Su talento, su físico y su ambición sin límites lo convirtieron en un icono de los New York Yankees y, ... sobre todo, en uno de los deportistas mejor pagados de la historia. Sin embargo, A-Rod también ha sido un personaje difícil de descifrar e incluso, él mismo se ha calificado como «arrogante».
El exjugador ha decidido contar su historia sin filtros en el documental de HBO 'Alex vs A-Rod', una producción que repasa su asecenso, su caída y el proceso de reconciliación con el mismo. «Hay una arrogancia que viene del poder, una sensación de que no te pillarán porque crees que eres mejor que los demás. No hay nada más estúpido que eso, y yo lo aprendí a las malas», confiesa.
Pero si hubo una etapa que marcó un antes y un después en su camino, fue la que vivió con su expareja, Jennifer Lopez. Su romance comenzó en 2017, convirtiéndose en una de las parejas más mediáticas del planeta. Entrenaban juntos, lanzaban proyectos empresariales y se presentaban en público como la dupla perfecta. «Juntos eran un imperio», señalaron fuentes cercanas al deportista.
Durante cuatro años, su amor fue seguido como si se tratara de una serie televisiva: viajes, gestos románticos, rumores de boda y una inesperada ruptura en 2021 que dejó al público desconcertado. Ninguno quiso entrar en detalles, pero para Rodríguez aquel final supuso un cambio profundo. En el documental evita hablar directamente de su ex, aunque su tono lo dice todo: «Cuando perdí cosas que creía esenciales, me di cuenta de lo que realmente importa: ser buen padre, buena persona».
Mucho antes de convertirse en un rostro de la prensa rosa, A-Rod era el orgullo de una madre que lo crio sola en Miami. Su historia con doña Lourdes Rodríguez parece sacada de una película: fue ella quien, con 18 años recién cumplidos su hijo, negoció su primer contrato millonario con los Seattle Mariners. «A las 12 de la noche de un día de septiembre de 1993, mi madre se sentó con los dos presidentes de los Seattle Mariners, que nos ofrecieron un millón de dólares. Ella les dijo: 'Nosotros necesitamos un millón y medio para que mi hijo firme con ustedes'. Nos llamaron en dos horas, a las dos de la mañana, y nos ofrecieron 1,35 millones. Firmamos a las tres», recordó.
Con el éxito llegaron los titulares, los romances y, también, la soberbia. «Durante años me quise demasiado. Hasta que la vida me puso a prueba«, reconoce. La prueba llegó en forma de escándalo: en 2014 fue suspendido por dopaje, la sanción más dura jamás impuesta en las Grandes Ligas. Entonces, en lugar de admitir su culpa, se presentó como víctima. «Me sentía presionado para rendir, para estar a la altura del contrato más grande del deporte», confiesa hoy.
El tiempo, la terapia y la caída le sirvieron de lección. «He cometido errores públicamente, tuve una larga suspensión y perdí el Salón de la Fama. Pero mirando atrás, tal vez fue lo mejor que me pasó», dijo hace unas semanas en 'The Tonight Show'.
A día de hoy, Alex Rodríguez se describe como un hombre nuevo. Vive en Miami junto a sus hijas Natasha y Ella, mantiene una relación estable con la fisicoculturista canadiense Jaclyn Cordeiro y trabaja como comentarista deportivo. Pero más allá del micrófono, su propósito es otro: «Quiero ser alguien con integridad y carácter, alguien en quien se pueda confiar».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete