Alejandro Davidovich habla como nunca de su reciente boda con Paloma Amatiste: «Estuve muy nervioso, ella llegó tarde»
El tenista español se casó el 14 de junio con la diseñadora italiana
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Alejandro Davidovich habla como nunca de su reciente boda con Paloma Amatiste y su retirada contra Alcaraz: «Bebí mucho»
Alejandro Davidovich Fokina (26 años) ha sido el último tenista en unirse al club de los casados. El malagueño contrajo matrimonio el 14 de junio con Paloma Amatiste, una diseñadora de moda italiana, aunque criada en Roma, al igual que el deportista.
La pareja se comprometió en Roma, frente a la Fontana de Trevi, pero eligió el Trocadero Sotogrande (Cádiz), un restaurante beach club en el litoral mediterráneo, como lugar de la boda. Un escenario romántico y que ha dejado fotos imponentes que ambos han compartido a través de sus redes sociales. Numerosos tenistas han felicitado públicamente a Davidovich.
Foki, como es conocido en el circuito, invitó a varios tenistas a la celebración, si bien, por ejemplo, Carlos Alcaraz no asistió a ella al haberse desplazado ese mismo fin de semana a Londres para disputar Queen's, el torneo previo a Wimbledon que el murciano acabó ganando.
Casualidades de la vida, el sorteo de Queen's deparó un enfrentamiento entre Alcaraz y Davidovich. Un partido que no se acabó celebrando al retirarse el malagueño de última hora del torneo. Aunque el motivo se podía intuir, dada la proximidad en el tiempo de la boda, ahora ha sido él mismo quien lo ha confirmado en una entrevista en el diario inglés Express.
«Al final, era mucho estrés por la boda, cómo iba a ser y bebí un poco, por supuesto, en la boda, pero el día antes había bebido mucho y al final no me sentía bien en la pista, estaba como, tan, tan mal, y me sentí un poco enfermo», revela.
Los nervios por la boda... y un retraso
Para un deportista profesional los tiempos de una boda siempre son complicados, pero aún más para un tenista, con un calendario muy apretado a lo largo de todo el año. Por eso, la luna de miel no será hasta el final de temporada. Poco después de contraer matrimonio, Davidovich viajó a Londres para jugar... aunque finalmente no lo pudo hacer. Esta semana ya ha vuelto a jugar en Eastbourne (Reino Unido), en la antesala a Wimbledon. Y en verano la actividad no cesa.
Aunque ha anunciado que el viaje de novios se aplaza a noviembre, lo cierto es que Davidovich ya se ha quitado un peso de encima, como manifiesta en Express. «Antes de la boda, estuve enfermo, con alergias. Tuve de todo en el último mes o los últimos dos meses. Después de Madrid estaba agotado y como que subconscientemente estás pensando en la boda, en cómo va a ser, y, al final, es mucha energía la que estás perdiendo».
Los días posteriores también fueron duros. «Sábado, domingo, lunes, yo estaba muerto. Y el martes tampoco hice nada. Le dije al equipo, todavía estoy muerto por la boda. El martes descanso», revela. Y eso que los preparativos de la boda corrieron a cargo, en su mayoría, de su mujer. «Al final, ella lo hizo todo, yo solo fui allí. Yo sólo organicé la fiesta. Empezamos como a las seis, bueno, tuvo que empezar a las 18:30 porque ella llegó tarde. Estuve esperando allí como 30 minutos. Estaba muy nervioso».
Una tensión nada equiparable a la que se vive en un partido, sea en el torneo que sea: «Creo que fue el día en que tuve más nervios. Más que, por ejemplo, en la pista. Al final, fue un día soleado, un día perfecto, y el mar no tenía olas. Fue increíble», destaca en Express.
Una celebración con una mezcla de ambiente español e italiano, dada la procedencia de la pareja. Con éxitos de Julio Iglesias o bailaores flamencos, la fiesta se alargó hasta bien entrada la madrugada. «Nos quedamos hasta las 3:30 de la mañana, así que estábamos muertos».
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