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Lorenzo Caprile y los vinos de alta costura
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Valduero funde el concepto de vino hecho 'a mano' con la alta costura de Caprile
El maestro de la alta costura llega a Valduero en un octubre cálido y seco. Lorenzo Caprile echa un vistazo a unos viñedos naturales, donde la planta crece libre y la tierra da lo que da, sin que nadie le pida más. No hay ... riego, no hay químicos, solo la mano humana que cuida las uvas seleccionadas con cariño, para crear botellas de vino únicas. Las hermanas Yolanda y Carolina García Viadero le esperan con una copa de blanco Valduero, el primer blanco de la Ribera del Duero.
Lorenzo Caprile pasea entre las bóvedas subterráneas de Valduero y Yolanda le da a probar los futuros vinos 'Valduero 12 años' y 'Valduero Gran reserva 2 Racimos'; también este año elaborarán su ya afamado 'Valduero Unacepa Premium'. Son vinos hechos a mano, que están naciendo en este octubre soleado, y que están fermentando en estos momentos. Se han elaborado sin tocar máquina alguna, “es el concepto a mano, el arte dentro de una botella”, comenta Carolina.
Bodegas Valduero ha logrado en una generación que su 'Valduero 12 años 2001', quede en segunda posición entre los 'Siete Magníficos del Mundo' (Fine, Alemania 2021). “Nuestro esfuerzo y nuestra fe en la artesanía han sido sobradamente compensados, sentimos pasión por lo que hacemos y lo hacemos 'a mano', queremos que cada botella sea una pequeña obra de arte”, añade Yolanda.
Llegamos al museo de barricas llamado 'El arte de Valduero', un espacio absolutamente expresionista. Contemplamos las barricas transformadas en obras de arte, barricas donde se envejecieron los grandes vinos que gozan todos los socios de este prestigioso club, al cual pertenece desde hoy, el maestro de la costura Lorenzo Caprile.
Nos perdemos en la segunda montaña excavada, una gruta histórica jalonada por hileras de barricas donde el gran modista firma la suya. La dedicatoria manuscrita en la tapa de su barrica reza: "Sois la alta costura del vino, 1000 gracias por mantener la historia, la cultura y la tradición".
Tras un almuerzo maravilloso en compañía del genial Caprile, se nos hace corto el tiempo compartido. Como todos los grandes, Caprile es un genio cuya modestia le hace más grande aún, nos fascina y nos envuelve . Su elegancia, su criterio y su creatividad nos deja boquiabiertos. Nos emociona al recordar sus inicios con 13 años, apasionado trabajador que en vacaciones, en lugar de descansar, trabajaba para las grandes empresas italianas de las sedas y del 'prêt â porter', para firmas importantes como Dior y Etro. “Trabajé y aprendí, sobre la materia prima, las telas y después sobre el patronaje y la creación de la pieza“, recuerda Caprile, que completó tan fabulosa formación con sus estudios en Nueva York y Florencia. Se emociona y nos emociona cuando recuerda a su maestra, la señora Cesarina, que le enseñó.
Caprile, entrañable, artista, mago de la palabra, nos cautiva por completo y cuando se marcha, Yolanda le abraza felicitándole por esa cabeza privilegiada y ese espíritu tan adorable. Carolina le recuerda que inician, como el final de Casablanca, una larga y bonita amistad. Tocan ambas la antigua campana de 'La Tenada', eso significa que “nuestro amigo Lorenzo pronto volverá a Valduero".
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