Karlos Arguiñano da que hablar con su reflexión sobre la educación de los hijos
El popular cocinero se refirió a la crianza infantil y al papel que deben tener los padres y la comida
Karlos Arguiñano: «No comería nada que esté envuelto en plástico»
A. Cabeza
Barcelona
Es habitual que, de manera más formal o informal, los padres vayan notando como desde fuera del núcleo familiar se opina sobre la educación, hábitos y modales con los hijos. La confianza pero también la sensación de que existe una verdad absoluta sobre la ... crianza hace que muchos, con la mejor de las voluntades, se entrometan en cuestiones de este tipo.
En otras ocasiones es la tradición histórica la que, por sí sola, presiona a padres y madres para que hagan una cosa y otra. El famoso cocinero Karlos Arguiñano ha usado precisamente durante 'Cocina abierta' de Antena 3, uno de sus programas de cocina, un dicho popular relacionado con la dedicación a los hijos que ha indignado a un sector importante de familias.
El refrán dice, en concreto, que «por muy trabajadores que sean los padres, la comida o la cena la tiene que hacer con los hijos« y viene a significar que los progenitores deben pasar tiempo con sus hijos y que estos no tienen que estar las 24 horas del día con abuelos o canguros.
«La educación, primordial»
Durante la emisión, y mientras preparaba unas samosas (un plato originario de la Índia), Arguiñano hizo lo que habitualmente hace, de ir más allá de la cocina y reflexionar sobre otros aspectos para hacer más amena la emisión, y defendió que «la educación en casa es la primordial». «En la escuela o en el colegio, por muy caro que sea, le pueden dar buena educación, pero la educación esencial se enseña en casa«, añade el chef, que en momentos como la comida o la cena los padres pueden ayudar a educar en cómo ser persona, cómo comportarse con los amigos o los compañeros de clase.
Arguiñano va fue allá y destacó que comer con los hijos te ayuda a ver su comportamiento, sus emociones y si tienen algún problema. «Te das cuenta de muchas cosas y tú puedes ir rectificando errores», por lo que reiteró que «por muy trabajadores que sean los padres, la comida o la cena la tienen que hacer con los hijos». Además, enfatizó que estas enseñanzas «quedan para siempre».
Sus opiniones han sido muy compartidas por algunos sectores y especialmente entre los profesores, que habitualmente sienten la presión de tener que educar a los hijos y que siempre defienden que parte de este trabajo se debe realizar en casa. Sin embargo, también ha despertado una gran controversia porque el debate que ven muchos de fondos es si a día de hoy, y con la presión que suele haber en el trabajo, realmente es posible tener una buena conciliación laboral para poder dedicar a los hijos todo el tiempo que necesitan.
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