Día Mundial de la Sonrisa
«Sonreír no cambia las circunstancias, pero es una fuente de bienestar y se puede entrenar»
Según Andrés Pascual, referente internacional en felicidad y director del Programa Executive Chief Happiness Officer de UNIR, los padres deben tomar conciencia de que sonreír en familia «es un acto de responsabilidad, independientemente de si han tenido un día bueno o malo»
El humor en la crianza hace que los padres tengan mejor relación con los hijos
Madrid
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Iniciar sesiónHoy se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, una fecha que invita a todos a tener un momento de felicidad con este pequeño gesto que a unas personas les cuesta más que a otras realizar. Y, eso que, como dicen muchos psicólogos, « ... sonreír es gratis». Fue en el año 1999 cuando Harvey Ball, creador del símbolo iconográfico Smiley Face o Carita Feliz, decidió proclamar el Día Mundial de la Sonrisa para el primer viernes de octubre, una fecha pensada para ser feliz y llevar alegría a otros, aunque sea por un día.
Harvey falleció en 2001, pero desde entonces se creó la Harvey Ball World Smile Foundation en su honor, una organización que todos los años programa actividades y recauda fondos para obras benéficas que lleven alegría a todas las personas alrededor del planeta.
Pero siendo gratis y ofreciendo grandes beneficios para la persona que sonríe y para las que le rodean, ¿por qué cuesta tanto en ocasiones hacerlo? Andrés Pascual, referente internacional en felicidad y director del Programa Executive Chief Happiness Officer de UNIR, explica a ABC que una de las razones está en que el mundo es un caos que nos atiza por todas partes y las cosas no siempre salen como nos gustaría. «Pero esto no es una tragedia, es nuestro estado natural. Lo que sí es una tragedia es que el caos exterior nos provoque ese otro caos interior que nos desespera y nos roba la libertad de escoger nuestra actitud. Sonreír no cambia las circunstancias ni convierte el mundo en un lugar perfecto, pero sí es una declaración de intenciones y una fuente acreditada de bienestar«.
¿Qué consecuencias tiene a corto y largo plazo?
Sobre todo en contextos de tensión, mantener una sonrisa amable y genuina proyecta seguridad hacia los demás y refuerza los vínculos, al tiempo que mejora el estado de ánimo y fortalece tu resiliencia emocional.
¿Qué supone para unos niños no ver sonreír a sus padres?
Al igual que las emociones positivas son contagiosas, también lo son la desmotivación o la desidia. Si las relaciones pierden vitalidad, cada vez nos separamos más. Una familia, al igual que los equipos de trabajo, solo puede remar hacia el éxito si todos se sienten uno. Por eso, el acto de sonreír no depende de si tienes o no un buen día, sino de tu compromiso con los demás.
¿De qué manera pueden los progenitores cambiar este escenario?
Los padres han de tomar conciencia de que sonreír es un acto de responsabilidad, independientemente de las circunstancias. Quienes conocieron a la Madre Teresa de Calcuta recuerdan su permanente sonrisa en entornos de sufrimiento extremo. Ella solía decir que antes de dar pan y medicinas ofrecía una sonrisa, porque también alimenta y cura. Sonreír es el primer acto de amor.
¿Es fácil sostenerlo en el tiempo?
Todo parte de esa decisión consciente y de tener disciplina. La sonrisa, como todo, se entrena. Se puede practicar con un ejercicio llamado sonrisa universal. Proponte iniciar cada interacción con una sonrisa breve pero genuina, incluso con desconocidos, como la gente del trabajo, el conductor de autobús o la persona de la caja del súper. Gracias a este gesto repetido, cambiará el tono de las conversaciones y tu propio estado de ánimo.
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¿Qué efectos tienen estos pequeños cambios?
En el posgrado de felicidad organizacional que dirijo en UNIR, cada lunes incorporamos un microhábito de bienestar físico, emocional o social. Son cambios pequeños, como practicar la gratitud o rutinas de atención, pero generan una enorme transformación en la persona y los equipos. Con la sonrisa ocurre lo mismo. «Ríe y el mundo reirá contigo; llora y llorarás solo», decía la poetisa. Ofrece tu sonrisa y haz que quien se cruce contigo se vaya un poco más feliz.
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SuscribeteEn ABC desde 1994 como periodista de formación, empresa, motor. Desde 2011 al frente de ABC Familia, donde escribo y modero debates de lo más importante en la vida: nuestros peques, parejas y mayores.
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