Que tu hijo haga su cama u otras tareas del hogar es mucho más relevante de lo que crees

Las responsabilidades en casa son, tal y como asegura la directora y fundadora de los Centros Crece Bien, Sonia Martínez Lomas, «una herramienta poderosa para desarrollar autonomía, autoestima y sentido de pertenencia a la familia. Además, les enseñan que forman parte de un equipo, su familia, donde cada miembro contribuye según sus posibilidades. Si no les damos estas oportunidades, les privamos de aprendizajes clave para la vida».

Es verdad que no se trata, matiza Martínez Lomas, «de que los niños hagan todas las tareas del hogar, sino de que participen de acuerdo con su edad y capacidades, incluso si presentan necesidades educativas específicas».

De todas las tareas del hogar que puede haber en una lista... ¿la de hacerse la cama sería la que no se puede pasar por alto?

Hacerse la cama es un gesto sencillo pero con gran impacto. Es una tarea diaria que implica constancia, organización y la satisfacción de haber cumplido con algo desde primera hora de la mañana. Más allá de mantener el orden, simboliza comenzar el día con un pequeño logro. Aunque no es la única tarea importante, es un hábito fácil de instaurar y que fomenta disciplina y responsabilidad.

En España tenemos muy mal acostumbrados a los menores. Les damos muchas cosas hechas, encima tenemos personas que nos ayudan en casa por estos horarios contrarios a la conciliación y cuando tienen 13 no saben poner ni el microondas en casa. ¿Es así? Parece una pescadilla que se muerde la cola. ¿Qué encuentran ustedes en consulta?

Es cierto que a menudo vemos en Crece Bien adolescentes con baja autonomía. Esto no ocurre por falta de amor, sino por un exceso de protección o por una dinámica familiar que, en muchos casos, no deja espacio para que los niños asuman responsabilidades. Si añadimos los horarios complicados y la ayuda externa, es fácil caer en la trampa de «hacerlo por ellos». Pero esto tiene consecuencias: cuando los niños no se enfrentan a pequeñas responsabilidades desde temprana edad, les cuesta mucho más asumir retos mayores en la adolescencia. Lo importante es romper el círculo, aunque sea tarde, porque nunca es demasiado tarde para enseñarles habilidades de vida.

¿Cómo empezar, cuando parece que ya es demasiado tarde y son adolescentes?

Nunca es tarde para empezar, pero es clave hacerlo con paciencia y empatía. Hablar con ellos es el primer paso: explicarles por qué es importante que asuman responsabilidades y cómo les beneficiará a corto y largo plazo. Se puede empezar con tareas sencillas y claras, como que recojan su habitación o se encarguen de su ropa. Si hay resistencia, puedes negociar, pero siempre manteniendo firme la idea de que es parte de su crecimiento. Acompañarlos al principio y reconocer sus logros, por pequeños que sean, ayudará mucho.

Que los niños hagan tareas del hogar... ¿Es indicativo de éxito en otros muchos aspectos de la vida que no relacionamos directamente? ¿Cuáles serían?

Por supuesto. Hacer tareas del hogar desarrolla habilidades como la organización, la gestión del tiempo y la capacidad de trabajar en equipo. También fomenta la perseverancia y la tolerancia a la frustración, porque no siempre las cosas salen perfectas a la primera. Estos aprendizajes se traducen en mayor independencia, mejores habilidades sociales y, en muchos casos, un mejor rendimiento académico. Incluso en la vida adulta, estas competencias son clave para el éxito personal y profesional.

Estas tareas... ¿Aplican igual para niños con necesidades educativas especiales o habría que regularlas a sus capacidades específicas?

Por supuesto, las tareas deben adaptarse a las capacidades y necesidades de cada niño. En el caso de niños con necesidades educativas especiales, el enfoque es el mismo: fomentar la autonomía, pero siempre respetando su ritmo y sus habilidades. Por ejemplo, si no pueden hacerse la cama solos, quizás puedan participar colocándola junto a un adulto. Lo importante es que se sientan capaces y valorados por sus contribuciones. Pequeños logros en tareas ajustadas a sus capacidades tienen un impacto enorme en su autoestima y desarrollo.

Ayudar a nuestros hijos a ganar autonomía es clave para su desarrollo. Sin embargo, saber qué pedirles y cuándo es fundamental para evitar ser sobreprotectores o exigirles cosas antes de tiempo.

Esta es la guía práctica de conductas que según la directora de los centros Crece bien podemos fomentar en casa en cada etapa evolutiva, para que tus hijos asuman responsabilidades de acuerdo con su nivel madurativo y ganen en confianza y habilidades. ¡Una referencia rápida para saber qué puedes empezar a pedirles!

Pequeños pasos hacia la independencia

Guardar sus juguetes al terminar de usarlos

Colocar la ropa sucia en el cesto

Lavarse las manos con ayuda

Intentar ponerse y quitarse los zapatos

Primeras tareas sencillas en casa

Colaborar en poner y recoger la mesa

Ayudar a regar las plantas

Guardar su ropa en el cajón con ayuda

Secarse después de lavarse las manos

Nuevas responsabilidades en su espacio

Mantener su habitación ordenada

Guardar los platos sucios en el lavavajillas

Organizar su mochila para el cole

Ayudar en pequeñas tareas de cocina con supervisión

Más autonomía y colaboración en casa

Hacer su cama cada mañana

Colocar su ropa limpia en el armario

Prepararse un snack sencillo

Sacar la basura con supervisión

Asumir responsabilidades como un «joven adulto»

Organizar su tiempo de estudio

Limpiar su habitación a fondo

Ayudar a cocinar platos sencillos

Cuidar de una mascota (darle de comer, sacarla)

A su juicio, este sería el consejo clave: «A medida que les pides que asuman nuevas responsabilidades, sé paciente y dales apoyo al principio. No se trata de que lo hagan perfecto, sino de fomentar su confianza y autonomía poco a poco. ¡Recuerda que las pequeñas tareas de hoy son los grandes aprendizajes del mañana! ¿Cuál de estas tareas ya hace tu hijo? ¿Hay alguna nueva que podrías empezar a introducir?», cuestiona.