Una sencilla fórmula para lograr la armonía familiar
La pediatra Catherine Gueguen explica la importancia de hacer a todos partícipes de la búsqueda de soluciones
Dos Doctoras en Psicología dan las claves para que tu hijo sepa expresar lo que siente
Las familias deben analizar conjuntamente qué consideran que va bien y qué no y poner medidas
Catherine Gueguen, pediatra y referencia internacional en la educación de los más pequeños, acaba de escribir 'Entre tú y yo', un libro con el que pretende dar a los padres las claves para encontrar su equilibrio familiar. «Para los pequeños, lo esencial es que ... su familia dedique tiempo a preguntarles cómo se sienten y qué quieren; que perciban un interés genuino por sus emociones y por sus necesidades. Eso les hará sentir confianza y amor. Y de eso va este libro».
«Necesito que me apoyes, pero no que hagas las cosas por mí...». Esta es una de las peticiones que el protagonista pide a sus padres a lo largo del libro y que da voz al niño, pero también ayudará a los progenitores a trabajar sus propias emociones. Se trata de una obra que apela a la importancia de la salud mental infantil, cuyo cuidado debería empezar desde los primeros momentos de vida.
En declaraciones a ABC, esta pediatra ofrece un interesante consejo cuando en una familia se percibe que las cosas no van bien y se ha roto la armonía familiar. «Cuando sientas que las cosas no funcionan bien, haz una reunión una vez a la semana, todos juntos, por ejemplo un domingo por la tarde. Anota en un cuaderno: ¿qué nos haría sentir bien juntos? ¿Quién tiene ideas? Los niños y adolescentes están encantados de participar. De esta forma, se sienten considerados y valorados, y les gusta contribuir a las reglas establecidas en familia, lo que refuerza su sentimiento de pertenencia».
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ContinuarRecomienda una semana después hacer balance de la situación. «Por supuesto, no todos habrán aplicado estrictamente las normas; no pasa nada, pero al menos lo hemos intentado (no castigamos). En la mayoría de los casos, toda la familia progresa con bastante rapidez».
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Esta fórmula se puede empezar a realizar en casa cuando los niños tengan entre 5 y 6 años para que participen plenamente. «Antes de esa edad, están ahí y participan lo mejor que pueden, pero son demasiado pequeños para comprender la situación», concluye.
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