«No somos conscientes de la importancia de tener a nuestra familia»

¿Somos verdaderamente conscientes de la importancia de tener una familia?

Creo que, en general, no somos conscientes de la importancia de tener a nuestra familia. Podríamos decir que el hombre por ser social es, en cierto sentido, familia. Y, por tanto, si cuenta con una familia sanamente, su vida será mucho más completa y feliz que si sufre de carencias en sus relaciones familiares o si carece de ellas. Probablemente, cuando tiene una crisis o sufre un problema grave familiar es cuando más se da cuenta de lo que representa la familia y valora más lo que puede perder sin ella.

¿Cuál es la valoración mayoritaria por la sociedad?

Aquí, lamentablemente, se da una dicotomía casi esquizofrénica en nuestra sociedad. Por una parte, la gente suele valorar mucho su familia (numerosas encuestas lo demuestran), pero a nivel socio-cultural se dejan llevar y manipular por un entorno radicalmente negativo hacia el compromiso y la entrega, con un materialismo individualista que lleva cada vez más a la soledad y al aislamiento.

 ¿Están los jóvenes comprometidos a formar su propia familia? ¿Qué consecuencias tiene?

Evidentemente, hay muchos jóvenes que están deseosos de formar una familia. Pero el entorno (las condiciones laborales o la dificultad de encontrar una vivienda) dificulta y retrasa mucho este proceso. Sumado a estas condiciones negativas, se encuentra el entorno mediático y cultural que desalienta esta tendencia natural, vendiéndoles una 'juventud prolongada' que excluye y/o retrasa cualquier proyecto de compromiso personal. Cada vez más jóvenes verán frustrado su impulso natural de establecer una familia y terminarán la vida solos y aislados.

Y si a nivel personal las consecuencias pueden ser tan negativas, a nivel social, los resultados son demoledores: una sociedad cada vez más fragmentada, con menor natalidad (quiebra demográfica) y un riesgo de ruptura generacional por el inasumible coste del modelo actual con una pirámide poblacional cada vez más invertida.

 ¿Es esta fecha más importante ahora que se reconocen más tipos de familias?

Creo que el día es cada vez más importante porque la familia está en crisis, no en sí como modelo social, sino porque cada vez más personas se van a ver privadas de la misma, bien porque sean incapaces por sí o por las circunstancias de formarla o porque se rompa. El que haya mayor número de personas en familias con características especiales, en general suponen familias con más dificultades y, por tanto, más necesitadas del apoyo social y público:

- El mayor número de familias monoparentales (antes básicamente viudos con hijos) debido a la ruptura familiar (0,6 rupturas por cada matrimonio nuevo).

- El crecimiento de familias con necesidades especiales (hijos discapacitados, separadas físicamente por motivos de trabajo, etc.) supone un reto para la sociedad.

¿Se cuida desde las instituciones políticas lo suficiente a la institución familiar?

Evidentemente no. Y en España especialmente pues mantiene desde hace tiempo el farolillo rojo en Europa. No sólo no hay prácticamente ayudas, sino que las pocas que hay se dan con fuertes límites económicos, convirtiéndolas en ayudas sociales en lugar de familiares. Por el contrario, en Europa las ayudas son para las familias y los hijos de forma universal. Si, por ejemplo, tener un hijo es un acto de interés público, se deben ayudar a todos los hijos. Por el contrario, en España se sigue con la mentalidad casi de que tener hijos es un lujo que deben pagarse los padres….

¿Qué hace falta? ¿Cuáles son las principales demandas actuales?

Hace falta tomarse en serio a la familia y trabajar a tres niveles:

Reconocer sus derechos de verdad (muchos están recogidos en la Constitución y/o en la Carta de la ONU o de la Unión Europea, pero a la hora de la verdad no se respetan) y hacerlos efectivos, de forma que no los pisoteen las autoridades o cualquier empresa o grupo social:

El derecho a tener los hijos que decidan los padres.

El derecho a educarlos según «sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas» (art.14.3 Carta Derechos Unión europea).

El derecho a la estabilidad familiar.

El derecho a la conciliación familiar-laboral.

Eliminar todas las discriminaciones y tratamientos injustos hacia la familia tanto a nivel laboral, económico, fiscal o de vivienda. Es increíble que, a día de hoy, ser familia suela aportar más inconvenientes que ventajas. Por poner sólo dos ejemplos:

En una pareja de hecho uno de sus miembros puede aplicarse deducciones fiscales limitadas por renta, si se casa, ya se tiene en cuenta los ingresos del otro cónyuge y la pierde….

Para entrar en una residencia pública, el hecho de tener hijos penaliza frente a otro que no los tenga…

Cumplir con el artículo 39.1 de la Constitución: «Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia». Esto supone que habría que establecer una auténtica Política Familiar que asegure, desarrolle, coordine y promueva esa protección efectiva y decisiva a todos los niveles. El ejemplo de otros países y la efectividad de estas políticas debería ser un aval para conseguir un acuerdo base entre el arco parlamentario para un compromiso mínimo común.

Algunos ejemplos:

Da envidia ir a otros países y encontrar que, en los monumentos, atracciones, etc., hay una entrada familiar, en España, a más familia más coste.

La famosa progresividad fiscal supone que si una familia para los mismos ingresos paga más si tiene un sueldo que si tiene dos.

Se ha establecido un permiso paternal por nacimiento igual al de la mujer, pero no se deja a la familia decidir sobre estos permisos, ni el hombre puede ceder parte del suyo ni la mujer.

El Ministerio de Trabajo ha vuelto a cargar a las empresas con parte del coste de las bajas maternales/parentales al limitar fuertemente el aporte público.

Si no se le presta mayor atención y ayudas, ¿qué futuro depara a la sociedad española?

A nivel humano y social, una sociedad cada vez más aislada, individualista e infeliz. A nivel económico, un derrumbe del actual modelo económico-político-protección social, pues el envejecimiento unido al desplome de los nacimientos hará quebrar el sistema, tensionando fuertemente la solidaridad intergeneracional. A nivel demográfico, un cambio social hacia una disolución de nuestra nación ante el flujo de inmigrantes que nos reemplazarían.