La educación online se refugia de nuevo en los hogares españoles sin muchos avances

Así, mientras hay niños que desde el mismo lunes dando clase desde las 8:00 de la mañana en uniforme, otros se limitan a hacer tareas o deberes online en pijama, una gran parte no tienen clase telemática hasta hoy miércoles y algunos nada en el horizonte hasta el próximo lunes. En estas circunstancias, los niños de Primaria, todavía sin autónomía, están siendo los grandes perdedores, se quejan los padres, que vuelven a tener que compaginar las sesiones de «classroom» con el teletrabajo.

Tablets, archivos, drives, links... En el fondo, señala Javier Arroyo, uno de los fundadores de la plataforma de aprendizaje de Matemáticas Smartick, «parece que los centros siguen tomándose esto como algo "temporal", donde hay que salvar los muebles hasta la vuelta a la normalidad, en vez de aprovechar para actualizar su proyecto pedagógico». En su opinión, «no todo es cuestión de dispositivos -que ya se verá al final cuál es el más adecuado para cada colegio, edad, etcétera...- sino más bien, una cuestión de proyecto pedagógico. Me refiero a integrar metodologías online para entrenar de forma personalizada a los niños y atender a la diversidad, que siguen siendo los grandes perdedores de la situación ».

En esa línea se manifiesta también Elísabeth Chorro, profesora del Máster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales de UNIR , quien advierte que, a pesar de que «todos hemos aprendido de los errores del pasado y de que los docentes estén haciendo un gran esfuerzo -algunos incluso revisando las metodologías-, no va a salir bien, porque no se han aprovechado las clases presenciales para hacer un entrenamiento individualizado en tecnología. De poco sirve comprar tabletas, portátiles... si luego hacen lo mismo en pantalla que en papel ».

De hecho, recalca esta profesora, «tendemos a pensar que el niño puede seguir haciendo lo mismo en casa que en clase, y ese no es el fin. Es el gran error que hemos tenido y que volvemos a tener. Por eso es importante que el docente no olvide que cambiar la tecnología sin cambiar la metodología puede llevar al fracaso ».

En cualquier caso los docentes, recomienda la profesora de la UNIR, deberían aprovechar la presencialidad cuando vuelva. Es la única forma de integrar esos contenidos digitales y de aprender a utilizar esas plataformas de comunicación entre profesor-alumno, que hay muchísimas y muy variadas. Pero esto requiere que el alumnado se familiarice con ellas desde el colegio: que se cree un usuario, que acceda con el mismo, que se practique con prueba y error. En definitiva, que vayan integrando esa metodología diferente en el aula porque va a conllevar muchos beneficios, tanto si hay confinamiento como si no».

«Pero ese preparativo de ir colgando temario, audios... Es necesario hacerlo presencial, para que luego sean los pequeños los que lean, escuchen o graben sus mismos contenidos so los en casa. Desde muy pequeños saben grabar audios de WhatsApp para felicitar a sus compañeros ¿no? Pues hay otras muchas vías, otros canales, para que escriban o se comuniquen con sus compañeros. Están el famoso Google Class, el flip grid… Hay muchísimas herramientas en función de la edad para conseguir el fin que queremos , que es que el alumno siga la clase a través de la plataforma que sea, pero sin perder la comba».

Chorro también hace un llamamiento, tanto a las familias como a los docentes, para que lleven a cabo un ejercicio de comprensión mutua. «Por un lado los profesores a los padres, porque hay una limitación muy clara con las edades más tempranas», recuerda. «Es esencial ir favoreciendo la autonomía de los más pequeños y dejar de pensar que los padres son las agendas de sus hijos. También es verdad que no son las mismas claves para Primaria que para Secundaria, pero en general todos los alumnos sea cual sea su edad deben aprender a ser más autónomos y responsables con su aprendizaje».

Y desde la visión de los docentes, éstos «también deben comprender a las familias», ya que muchas de ellas carecen de habilidades tecnológicas e incluso de medios para llevar a cabo las actividades telemáticas. Chorro ha subrayado también la necesidad de contar con una organización y un calendario para sobrellevar el curso online. «Lo normal es que haya un ordenador o una tablet en cada familia, teniendo que compartir el recurso, por ello es importante tener horarios de uso e, incluso, informar a los profesores de estas limitaciones».

Lo que queda claro, recalca Carmen Muñoz, profesora de la Universidad Cardenal Herrera , « es que esta generación tendrá que aprender de otra forma y tendrá que compensar sus vulnerabilidades cuando la pandemia nos deje volver a tener rutinas. «Aunque creo que no hay que lamentarse, porque siempre hay posibilidades, pero lo que está claro es que el sistema educativo debería planificar “la vuelta al cole” para compensar estas nuevas necesidades que han surgido en los alumnos de la era covid».

En definitiva, concluye Alberto Royo, profesor de Secundaria y autor de libros como «Contra la Nueva Educación» , « las carencias en conocimientos que pueden tener los alumnos de la "Generación Covid" deberían servirnos para valorar de verdad la brecha cultural que puede estar profuciéndose entre los alumnos de familias desfavorecidas y los demás, ya antes de la pandemia. Seguramente servirá para lo contrario y se dirá que lo importante ya no son los conocimientos. Ciertamente, antes de saber, está vivir (con salud), pero cada vez va a ser más injusto hurtar saberes al alumno pobre. Esto, como cuestión de fondo. Otra cosa es cómo se estén haciendo las cosas y la falta de previsión e inversión. Va a ser esencial acertar con la manera de evitar que muchos alumnos dejen de aprender lo que deben », advierte.