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Casi el 40% de los jóvenes españoles se siente atraído por la idea de ser influencer

Más de un tercio de los jóvenes de entre 18 y 35 años no está contento con su trabajo o sus estudios y el 62% se ha planteado cambiar de rumbo

S. F.

Convertirse en influencer es una aspiración real para los jóvenes españoles. Esta es una de las principales conclusiones que se extrae del estudio Ron Brugal «Mamá, quiero ser influencer» realizado por El departamento, que pretende conocer mejor cuáles son las motivaciones de los jóvenes, si realmente viven de la manera que más les gustaría, y cuál es el papel que juegan los influencers en su vida.

La encuesta sociológica, realizada a más de 800 españoles de entre 18 y 35 años, refleja el descontento general de los jóvenes, especialmente los de la generación Z (18-23) con su situación actual , con su profesión o incluso con lo que estudian (52%). Se debaten entre lo que querrían hacer (viajar, conocer gente, vivir experiencias nuevas y únicas) y lo que «deben hacer». Pasan buena parte de su tiempo en redes sociales (dos horas o más en casi el 50% de los casos), siguiendo a influencers, viendo sus vidas de ensueño, comprobando que aquellos a los que admiran sí pueden vivir de sus hobbies y cobrar por hacer lo que más les gusta.

Les gustaría cambiarse por ellos, pero… ¿para siempre? La pérdida del anonimato o de privacidad es percibida como un gran inconveniente, pero las ventajas ganan la batalla. Aunque sólo el 14% cambiaría su vida por la de un influencer, el 64% sí se quedaría con la parte experiencial, deseando hacerlo por un día, un fin de semana o incluso, un mes[2].

Ron Brugal dará la posibilidad de hacer de esta fantasía, una realidad: convertirse en influencer este verano asistiendo a algunos de los festivales de música más exclusivos como el Festival Les Arts en Valencia, Mad Cool Festival en Madrid o No sin Música en Cádiz.

Lo que hacen y lo que les gustaría hacer

Un 58% de los jóvenes españoles está trabajando actualmente (empleo o prácticas) pero el 40% no lo hace en lo que le gusta. Tampoco los estudiantes (un 24%) están demasiado contentos con su situación o con la carrera que han elegido: un 25% afirma que no está estudiando lo que le apetecería . Se ven atrapados entre aquello que «deben hacer» y aquello que «les gustaría hacer». Y es un tema que realmente les preocupa… el 62% se ha planteado alguna vez dedicarse a otra cosa y el 24% afirma que «es algo en lo que pienso todo el tiempo». En este sentido, es el tramo más joven (generación Z, entre los 18 y los 23 años) el más descontento con su vida.

Quieren vivir experiencias nuevas: viajar y conocer sitios (77%), probar bares y restaurantes (65%), curiosear sobre tecnología y gadgets (42%), hacer fotos y editarlas (41%), conocer gente (39%) …disfrutar de la vida y tener vivencias de diferente tipo que les enriquezcan. Por ello, no es de extrañar que les atraiga la idea de convertirse en influencer.

Las profesiones más aspiracionales para ellos son la de actor/actriz (48%), músico/a (45%) y deportista (36%), colándose en el ranking de las profesiones más deseadas la de influencer: 1 de cada 4 jóvenes cree que es una de las profesiones más top del momento, a lo que se suma el hecho de que en las anteriores -actor, músico, deportista- el ser (además) influencer suele ser habitual.

Lógicamente la edad influye y son los más jóvenes los que se ven más atraídos por esta profesión . A medida que subimos de franja de edad, la profesión de funcionario va ganando peso a la de influencer.

No todo es de color de rosa

Al 37% de los encuestados les atrae mucho la idea de vivir la experiencia de ser influencer , aunque el porcentaje aumenta hasta el 64% si incluimos aquellos que no lo tienen muy claro, pero no rechazan la idea. El componente temporal a la hora de decidir es importante: sólo un 14% declara que cambiaría para siempre su vida por la de un influencer, mientras que un 36% lo haría como experiencia, durante un día (17%), un fin de semana (19%), o incluso un mes (26%).

El 69% de los jóvenes cree que lo mejor de ser influencer es poder ganarse la vida haciendo lo que más le gusta, poder vivir de su hobby. Viajar gratis, probar productos de diferentes marcas o ir a festivales o eventos musicales son algunas de las ventajas que destacan de estas figuras y que anhelan tener o experimentar al menos en algún momento de su vida.

Pero, no todo es de color de rosa . También son conscientes del precio que hay que pagar: consideran que la falta de privacidad y la pérdida del anonimato es el mayor inconveniente (77%), unido a la exposición pública permanente (70%), estar sometido a críticas negativas (algo que preocupa más a las mujeres que a los hombres) o tener que sacrificar parte de su tiempo de ocio personal. «La peor parte de ser influencer es que al final estás todo el día pegada al teléfono. Yo soy muy despistada y hay días que no subo mucho contenido y eso te penaliza… Instagram deja de enseñarte cosas y llegas a menos público. Es un poco estresante en ocasiones. Tener que estar constantemente pendiente del teléfono es lo más difícil…pero por lo demás es maravilloso, yo soy muy feliz porque hago lo que realmente me gusta», declara Susana Banana, influencer.

En definitiva, la balanza compensa, y el número medio de ventajas (3,5) supera al de inconvenientes (2,8), especialmente cuando hablamos de vivirlo como experiencia.

Es o no es una profesión, esa es la cuestión

Los jóvenes tienen un gran conocimiento de qué es un influencer, en qué consiste su trabajo, asociándolo directamente a actividades de marketing, comunicación y publicidad de las marcas: acercarlas al público, ayudar a captar clientes, participar en lanzamientos o incrementar followers, son algunas de las acciones que creen que realizan. Entre las cualidades para ser un buen influencer destacan: saber comunicar, transmitir confianza, inspirar credibilidad, ser creativo, ser cercano y estar implicado con sus seguidores.

En cuanto a considerarlo o identificarlo como una profesión en sí, aún es un tema que no tienen del todo claro. Son conscientes de que es un trabajo a tiempo completo (un 43% así lo afirma) pero un 37% cree que la mayoría de los influencers tiene, en realidad, otra profesión (actor, músico, periodista, humorista…). Cuando se les pregunta directamente si creen que ser influencer es una profesión equiparable a otras comunes, casi la mitad (47%) afirma que no, mientras sólo un 29% declara que sí. De hecho, así lo confirman cuando se habla de tiempo de dedicación: el 65% de los jóvenes considera que el influencer dedica a esta labor menos de 8 horas al día: 4 horas a la creación de contenido (fotos, eventos, fiestas, viajes), 2 a la gestión de las redes sociales (leer, responder, subir…) y 1 al contacto y relación con las firmas. “La de influencer es una profesión y no creo que sea precisamente nueva, no tiene tanto que ver con las redes sociales como con una actitud, siempre ha habido gente que genera influencia. Y en este caso, lo hacemos de manera bestial a través de estos canales, llegamos a mucha gente más allá de nuestro círculo cercano, es una gran responsabilidad. Yo me paso todo el día comiéndome la cabeza para generar contenido diferente para mis seguidores, y eso hace que nunca pares”, declara Pitty Bernard, influencer.

Entre los nombres de influencers por los que se cambiarían, aunque fuese por un día, destacan algunos como María Pombo, el Rubius, Rocío Osorno, Angy Fernández, AuronPlay, AndreaCompton, Amodeo, Paula Echevarría…

¿Y están preparados para ser influencers?

Conocen a la perfección las redes sociales. Algunos (18-23 años) han crecido con ellas…Según este estudio, el 48% de los jóvenes españoles pasa dos horas o más al día en redes sociales y la mayoría (53%) viendo contenido de los influencers a los que siguen. En este aspecto, son los de la generación Z los más aventajados, elevándose el porcentaje a un 63% el que pasa dos o más horas al día en redes; hasta un (69%) si son mujeres.

El 73% sigue a algún influencer en sus redes y el 23% a más de diez. Sin embargo, el seguimiento decrece a medida que se hacen mayores: 92% en la franja 18-23, 74% en la franja 24-29 y 58% en la 30-35.

En cuanto a la red social favorita para seguir a los influencers, destaca Instagram en un 58%, seguida de Youtube (43%). Instagram además gana adeptos entre el público de menor edad, ya que los comprendidos entre los 18 y los 23 la escogen en el 75% de los casos.

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