Una noche en la meca del diseño
Hace 50 años se abrió el Radisson Blu Royal Hotel, en Copenhague. Obra de Arne Jacobsen, su encanto es imbatible
P. ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Que ningún viajero empedernido se considere la última coca-cola del desierto si es un adicto a los hoteles de diseño, pero que tampoco se preocupe por el fanatismo casi enfermizo hacia el design que exhiben los hoteles mas in. Cadenas como W, Mandarina, Room ... Mate o las mismos NH o Silken compiten por encargar los proyectos y la decoración integral de sus buques insignia a súper estrellas del gremio. Así, Philippe Starck, Jacques García, Patricia Urquiola, Ron Arad, Tomas Alía, Pascua Ortega o Nacho García de Vinuesa ponen su firma en interiores estratégicos y participan de lleno, como un valor añadido, en la imagen y comercialización del hotel.
Y no es de extrañar, pues es en estos espacios donde se experimenta lo que luego se normalizará en las casas: una iluminación, un suelo nuevo, un sistema domótico, una ducha aromática o una climatización triunfarán si pasan con éxito el riguroso examen de un local público.
Pero el concepto de autor no es nuevo. En estos días, el primer hotel de diseño que se abrió en el mundo cumple 50 años. Y fue precisamente en Copenhague, como un encargo de la SAS al mítico arquitecto y diseñador danés Arne Jacobsen, que realizó el proyecto integral del edificio. Su continente y su contenido.
En vanguardia
Así surgió el Radisson Blu Royal Hotel (Hammerichsgade, 1. 1611. Tel. + 38 15 65 00. www.radissonblu.com), que abrió sus puertas en el verano de 1960 convirtiendo a la capital escandinava en una de las mecas del diseño vanguardista de la época. Y es que Jacobsen no sólo no se contentó impresionando al mundo con el transparente rascacielos de cristal, con su escalera flotante en el lobby o con el luminoso restaurante, sino que de sus lápices salieron piezas especialmente diseñadas para el hotel, como la mítica silla Swan o el sillón Huevo, en tonos azules y verdes, que aún mantiene la suite606, una de las habitaciones mas fotografiadas del mundo y que hoy se conserva como en su etapa inicial.
Además del mobiliario, se hizo cargo de todos los accesorios y complementos de interior, desde los picaportes hasta los ceniceros, la cristalería, la vajilla para Stelton o la preciosa cubertería para A. Michelsen, con cucharas para ambas manos y que en 1968 popularizaría Stanley Kubrik al hacer uso de ella en la película «2001. Una odisea en el espacio».
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