La distorsión clásica será la tendencia de moda más destacada del otoño-invierno 2024
Según las pasarelas internacionales triunfarán las prendas vaqueras y las de cuero, los colores grises y el marrón chocolate, pero también el estampado de cuadros y el leopardo
Novias, madrinas e invitadas con sello de autor, así son los talentos del diseño español en Madrid es Moda
Madrid
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Iniciar sesiónParís ha echado el cierre de las semanas de la moda internacionales, que comenzaran hace ya un mes con los desfiles de Nueva York, con un regusto por los clásicos. Una tendencia continuista y con cierto regusto lady que aparca las zapatillas y sudaderas ... para dar paso a los zapatos de salón, americanas y chaquetas de cuero.
No hay cambios drásticos, pero sí la inclusión o rescate de estampados y colores un tanto olvidados hasta ahora. La nostalgia de los 90 y 2000 se traduce en siluetas y tonos de aquellos años, pero distorsionados para levantar pasiones olvidadas por la moda. Ya no sólo se juega con el tamaño de trajes chaquetas más o menos oversize (Dries van Notten), también con el largo de la falda, prenda estrella. El próximo otoño-invierno 2024 muestra una agitación de las formas clásicas ante la necesidad de buscar lo nuevo en lo de siempre, así lo muestran, por ejemplo, Balenciaga en un palabra de honor, Louis Vuitton con su falda de plumas, Stella McCartney con su chupa motera o Valentino en su interpretación en cuero de la famosa silueta Bar de Dior.
Materiales: cuero versus vaquero
Es un material querido por el público, ya sea pijo o macarra, el cuero siempre triunfa, por eso hay mucho, en colores variados y formas imaginativas. El desfile de Hermès es la punta de lanza de una tendencia que aparece en todas las etiquetas que importan.
Destacamos por original la chaqueta de cuello alto de Victoria Beckham, la capa de Chloé con el debut espectacular de su directora creativa, Chemena Kamali, el look motero de Chanel y la mini chaqueta de Miu Miu.
Frente al cuero, otro mítico y que levanta pasiones: el tejido vaquero. Ya no valen sólo unos jeans, la idea es utilizarlo como traje de chaqueta: con sandalias y joyas, como Schiaparelli; tipo levita en plan uniforme de trabajo, tal y como propone Dior, que ha pasado página con la silueta Bar tan explotada por el resto de marcas, o como vestido lady minimal 2.0 versionado por Fendi.
Colores: gris versus marrón chocolate
Ambos tonos son difíciles y más si compiten con el negro que está omnipresente en la mayoría de colecciones y en Valentino es la única opción cromática, versionada en clave clásica y romántica. Para poder vestir de gris, los diseñadores acuden a toda la gama, desde el llamado antracita, al perlado en una variedad tonal casi infinita.
El gris tiñe prendas y siluetas clásicas y con un punto sensual y estiloso. Una opción refrescante para ir al trabajo o para looks de fiesta, mientras que el marrón no se declina en gamas, sino que atiende al lado más oscuro, tradicionalmente conocido como chocolate y siempre para vestir de día y principalmente durante la jornada laboral.
Estampados: cuadros versus leopardo
A pesar de que los colores lisos se han impuesto durante este último año, vemos cómo afloran los dibujos en los tejidos, sin estridencias, de manera discreta y convincente. Las flores y los cuadros siempre se han dado la alternativa y para comenzar a dibujar de nuevo la silueta, nada mejor que un tartán o uno de estilo damero. Los estilos oscilan entre el hippy setentero de Chloé al aniñado de La Veste, firma de las españolas María de la Orden y Blanca Miró.
La nostalgia, que ya hemos comentado antes, está muy presente esta temporada de otoño-invierno 2024 y se manifiesta también en los estampados, más concretamente en el leopardo. Así como los cuadros hacen alusión a looks más de reuniones de trabajo e incluso de momentos de ocio y relajación, el dibujo felino se sitúa en la senda sofisticada sin concretar situación.
Para la siguiente estación de frío asistimos a cómo lo nuevo es lo de siempre, en clave clásica de belleza, que recuerda a lo retro y a los 50 en estilismo, revisitada por los diseñadores en un intento de gustar y despertar la pasión fashionista, que parece hoy olvidada por el público en aras de una mayor concienciación por el consumo justo y necesario.
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