Así fue el evento donde Paula pasó de la sonrisa al llanto en cuestión de minutos

Impoluta de blanco, con un conjunto de top y pantalón firmado por Dolores Promesas y sandalias de Lodi en tonos amarillos y marrones, Echevarría irradiaba luz enfundada en tonos veraniegos, pese al momento. Sin embargo, pese a la entereza de su fachada, los nervios y la tensión terminaron abriéndose camino.

Lejos de asumir como ciertas las informaciones que auguraban un previsible comunicado de la pareja, la actriz fue rotunda al respecto: «Yo no voy a decir nada y estoy prácticamente convencida de que David tampoco». Fue abrir la veda y romperse. Tras unas cuantas alusiones más al pasado compartido con el cantante , Echevarría se derrumbó , abandonando la sala entre lágrimas. Poco después, con una sonrisa forzada y la voz quebrada, reapareció para atender, esta vez sin cámaras, a los periodistas de la prensa escrita, entre los que se encontraba ABC. «David y yo nunca vamos a entrar en esto, es nuestra tónica. No somos personas que hayamos vendido exclusivas, ni que acostumbremos a sentarnos en platós de televisión», explicó.

La asturiana, tan educada y atenta como acostumbra, se enfrentó sin duda a las preguntas más difíciles que le han hecho durante su dilatada trayectoria como imagen de múltiples firmas. Aunque sin revelar los motivos que hicieron que la pareja continúe sus vidas por separado, la intérprete sí ofreció algún detalle sobre cómo entienden, tanto David como ella, la vida. «Nosotros lidiamos y capeamos los temporales como podemos, pero hay en medio una niña de ocho años que no tiene por qué sufrir», explicaba pidiendo a los medios prudencia a la hora de publicar detalles sobre sus vidas privadas que pudiesen atentar contra su honor. «Pasan cosas en mi casa, pero no voy a entrar en eso. Si alguna vez eso es así, lo sabréis. El tiempo dirá. Quiero muchísmo a David y él me quiere muchísimo a mí», concluyó.