Olivia Valère: «En mi discoteca muchas han encontrado marido»

Ahora su club (por el que han pasado famosos de todo tipo como Bruce Willis, Gloria Gaynor, Barry White, Nikki Lauda, Naomi Campbell, Sean Connery, Camilo José Cela, la saga de los Iglesias al completo, realeza de todo el mundo, aristócratas europeos y corazoneo patrio), está en manos de sus tres hijos. No se ha jubilado, pero sí se ha retirado de la vida nocturna. «He trabajado durante mucho tiempo y hay una nueva generación que puede tomar el relevo», señala Valère. Además, tiene un nuevo proyecto: un programa de coaching para la televisión británica.

Olivia llegó a Marbella por casualidad. Su amiga Kimera -cantante coreana famosa en los 60 y 70, ahora viuda de Raymond Nakachián- la invitó a su cumpleaños en el año 1972. «Estaba acostumbrada a vivir en París y veranear en Saint-Tropez. Cuando vine, me enamoré. En París, en enero, hacía frío, llovía y era un horror, pero al llegar aquí, bajo un cielo azul, con sol y buena temperatura... Me pregunté cómo era posible que tan cerca de Francia me encontrara el paraíso ». En Marbella descubrió una gente a la que le encantaba divertirse, el lugar perfecto para emprender una nueva etapa. «De todos los pueblos del mundo, el español es al que más le gusta la noche. Cuando viajas no conoces a gente tan alegre como vosotros».

Su aterrizaje definitivo en la Costa del Sol se produjo en 1984, cuando fundó una discoteca de culto cuya fama transcendió rápidamente nuestras fronteras. «Cuando empezamos, no necesitábamos la música house, la noche era más romántica y funcionaba la música disco. Era diferente. Ahora las discotecas son como una caja de resonancia llena de ruido y eso sólo lo aguantan los jóvenes. Los clientes de más de 50 años no pueden pasar la noche en este tipo de sitios, así que hay que disponer de dos ambientes para públicos diferentes», señala.

La irrupción de los dj internacionales ha dado un nuevo vuelco a este tipo de locales, que se ven obligados a adaptar su oferta para competir a nivel internacional con lugares como Ibiza. «El publico pide a los dj’s. Ibiza y Marbella son como dos hermanas gemelas que se odian entre sí. Debemos tener a los mejores. Es un éxito traerlos, pero cuestan tan caros que apenas dan beneficios. El dj te cobra el 80 por ciento de la facturación de la velada, pero, a cambio, te da una proyección internacional que no te ofrece nadie más », explica Olivia. Este verano, en su discoteca han pinchado Craig David, Paris Hilton, Luciano o Carl Cox.

Pese a todo, sigue funcionando lo de siempre: la discreción , el saber estar, la atención personalizada, el anticiparse a los posibles problemas o la leyenda de tres décadas de ocio nocturno. «En una ocasión la hija de los Clinton, Chelsea, coincidió con un nieto de los Bush. Les pusimos en dos zonas vip diferentes porque no sabíamos como estaban las relaciones entre las familias . En la noche debemos ser muy diplomáticos, porque si los grupos se ‘‘calientan’’, para que no te den problemas», recuerda.

Cada año pasan por Valère unas 100.000 personas que requieren atenciones diferentes y exigen una oferta dentro del top-five mundial. Una masa social que deja numerosas anécdotas. «El Príncipe Andrés de Inglaterra entró en el despacho a las seis de la mañana para darme las gracias por haber pasado una de las mejores noches de su vida. Era la primera vez que un cliente hacía eso », asegura.

De todos los momentos vividos, Olivia destaca sobre todas las historias de amor. «Muchas clientas dicen que han encontrado a su marido en el local. Hasta el hijo de Gunilla von Bismark encontró a su novia en mi discoteca. Vienen a pasar unas vacaciones, se conocen... Incluso, muchos se han casado en mi discoteca», explica la empresaria y relaciones públicas, quien sobre una mesa del salón tiene una foto con Antonio Banderas y Melanie Griffith, junto con otra con Antonio Banderas y Nicole Kimpel . «Estas dos imágenes están tomadas en la misma mesa con un año diferencia. En una se celebra el cumpleaños de Melanie y en otra se celebra el de Nicole», señala divertida.