Berlusconi, al obtener el divorcio de Verónica Lario: «Es una liberación»

Tras una larga relación sentimental (se hicieron amantes poco después de conocerse, en 1980; se fueron a vivir juntos en 1985; y se casaron en 1990), Lario rompió con Berlusconi en 2009. Y lo izo público, el 3 de mayo de aquel año, tras enviar una carta a la agencia Ansa, en la que la señora reaccionaba indignada ante las fotos en las que aparecía el entonces primer ministro en la fiesta del 18 cumpleaños de la napolitana Noemi Letizia. Calificó el comportamiento de su entonces marido de «basura sin pudor». Poco a poco, los medios informativos comenzaron a contar todo lo que hasta entonces se había callado: los festines en su residencia milanesa de Arcore y el «bunga bunga» , con jóvenes de toda clase y condición, incluidas prostitutas, a las que pagaba o mantenía con cheques mensuales, además de ofrecerles sustanciosos regalos.

En diciembre de 2012, se acordó que Silvio Berlusconi tendría que dar un cheque de tres millones de euros al mes a su exmujer, lo que significa que ésta tendrá una disponibilidad de casi 100.000 euros al día, 36 millones al año. Él se quedaba con la Villa de Macherio, valorada en 78 millones de euros, con 120.000 metros cuadrados, que fue adquirida en 1998 y que se convirtió en residencia de los Berlusconi y de sus tres hijos: Barbara, Eleonora y Luigi. En un primer momento, Verónica Lario pidió la separación exigiendo 43 millones de euros al año. La contraoferta del marido fue 10 veces inferior: no más de 300.000 euros al mes.