Julia Navarro: «Me apasionan Leónidas y la batalla de las Termópilas»
Es la reina de las librerías, solo superada por «la princesa del pueblo». Quizá por eso se reencarnaría en sí misma si volviera a nacer
El martes recibió el premio a la Mujer Más Admirada 2013 en la V Edición de los premios «Mujer hoy» , y ese mismo día tuve la suerte de conocer a esta mujer a la que yo también admiro. Comprendo la concesión del galardón. Escritora y periodista, Julia Navarro me pareció una persona encantadora y natural. Su última novela , «Dispara, yo ya estoy muerto» (Plaza Janés), arrasa desde que se publicó a primeros de septiembre y ya es el libro más vendido de la temporada. En ella narra la historia de dos familias, una judía y otra palestina, durante la primera mitad del siglo XX. Como Julia dice, «es una emocionante novela de personajes que luchan por sobreponerse a su propio destino». Me la compro.
1. ¿Me hace un favor? ¿Qué me aconseja que le pregunte para que este cuestionario no se convierta en una entrevista más?
—Podría preguntarme por Leónidas y la batalla de las Termópilas. Me apasiona ese acontecimiento histórico.
2. ¿Cuál es la noticia de la que le gustaría ser protagonista?
—Ser la primera persona que viaja en el tiempo. ¡Que pasada!
3. Si tuviera que formar un dueto, ¿con quién lo formaría?
—Canto fatal, de manera que no creo que nadie quisiera formar conmigo un dueto.
4. «Quien habla mal de mí a mis espaldas, mi trasero lo contempla». Lo dijo Churchill. ¿Comulga con esta frase?
—Si lo ha dejado dicho Churchill, no seré yo quien le enmiende la plana.
5. ¿Ha tenido que comerse a menudo sus propias palabras?
—En muchas ocasiones habría estado mejor callada. Eso es algo que se aprende con el paso de los años.
6. Si se reencarnase, ¿qué preferiría ser, hombre o mujer? ¿Por qué?
—Preferiría volver a ser yo misma, o sea mujer, pero sabiendo todo lo que ahora sé para evitarme errores.
7. ¿Cuál es la pregunta más ridícula que le ha hecho un periodista antes de hoy?
—No se castigue, sus preguntas no son ridículas, y los colegas tienen demasiado sentido del ridículo para hacer preguntas ridículas.
8. Arriésguese, hágase un tatuaje. ¿Cuál ha escogido?
—Me niego. No me haría un tatuaje por nada ni por nadie.
9. Abre los ojos y se encuentra a un desconocido en la cama. ¿Qué haría?
—Gritar. ¡Vaya susto!
10. El fin del mundo a la vuelta de la esquina. Rápidamente, ¿qué es eso qué haría que nunca tuvo el valor de hacer?
—Parapente..., puenting..., tirarme en paracaídas..., es que tengo vértigo. Pero creo que lo que realmente haría sería estar con mi familia y mis amigos e intentar escapar.
11. ¿Cuál es el peor defecto de los otros?
—De cualquiera, la envidia, y no soporto a los fatuos. Mío, la impaciencia; y según mi hijo, soy muy exigente conmigo misma y con él. Pero tengo unos cuantos más que no digo porque no me voy a echar piedras contra mi tejado, ¿no le parece?
Veredicto
Estoy encantada. He conocido a una persona «normal», calificativo cada día más preciado para mí a la hora de catalogar a todo ser humano. Exactamente lo que es ella. Humana, culta, rodeada de su familia; Julia, escritora de verdad, tiene los pies en la tierra. Impactada...
... me he quedado al leer su primera respuesta. Jamás habría sido capaz de preguntar algo tan lejano a mi pobre cultura para hacer de esta una entrevista original. Tomo nota. Y aprendo. Coincido. En lo de viajar en el tiempo. Nunca se me hubiera ocurrido, me encanta.
Eso y que se reencarne en ella misma. A mí tampoco me importaría. Pero siendo una escritora de éxito. Como ella. De las de verdad. No como esos escritores de tres al cuarto que surgen ahora de todas partes. Un famoso, un libro. Ustedes me entienden. Seguro.
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