Vox descentraliza por primera vez su campaña de unas elecciones autonómicas

Ese espíritu se ha reflejado también en las sucesivas elecciones celebradas, dirigidas desde la sede nacional de la calle Bambú. El órgano central es además el encargado de la elección de los candidatos y de la configuración de las listas. De hecho, Vox ha reformado sus estatutos en diferentes ocasiones para eliminar progresivamente la celebración de primarias, primero en la elección de los cabezas de lista electorales y después también para los líderes regionales. Actualmente los militantes solo tienen voz en la designación del presidente nacional, que se hace cada cuatro años. La última vez fue en la Asamblea General celebrada el 27 de enero, en la que Abascal fue reelegido por cuarta vez hasta 2028 sin que ni siquiera se produjera votación porque no había candidato alternativo.

Este control férreo tendrá sin embargo una primera grieta en las elecciones al Parlamento de Cataluña del próximo 12 de mayo. Por primera vez, la campaña será organizada desde Barcelona y dirigida por su portavoz autonómico, Joan Garriga, en un modelo híbrido de coordinación regional y nacional. Pese a la novedad, la suelta de control por parte de Bambú no lo es tanto, ya que el candidato en Cataluña es también el secretario general y vicepresidente de Vox, Ignacio Garriga, número dos y persona de plena confianza de Abascal.

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Vox pone a prueba por primera vez este modelo en un territorio sin riesgos aparentes y donde además el partido cuenta con un músculo que le permite asumir la organización de una campaña electoral. Esto no fue así por ejemplo en Galicia ni en el País Vasco, comunidades donde la estructura interna de la formación es aún muy débil y su implantación territorial escasa, por lo que el liderazgo de la campaña tuvo que ser asumido por Madrid obligatoriamente. El modelo de delegación parcial en el caso de Cataluña permite además a Bambú un respiro para preparar las siguientes elecciones que están ya a la vuelta de la esquina, las europeas del 9 de junio.

En este caso, el peso del partido en Cataluña no se refleja solo en la dirección de la campaña sino también en el contenido de los quince días previos a la jornada electoral. El papel de Abascal tendrá mucha importancia como gran valor del partido, pero en este caso Vox confía también en el tirón de su candidato, conocido ampliamente por la ciudadanía y con un discurso afianzado a lo largo de los últimos años. Desde la formación se subraya mucho que Garriga hizo el camino inverso al de muchos políticos: en lo que alzan como «un compromiso con su tierra», Garriga dejó el Congreso de los Diputados para volver como candidato a Cataluña, donde lleva una legislatura compatibilizando la actividad de líder regional con sus responsabilidades nacionales.

Otro valor de sus listas electorales es la expresidenta de la organización juvenil constitucional S'ha Acabat Júlia Calvet, que se ha incorporado como número seis en la candidatura por Barcelona. Actualmente Vox cuenta con once diputados en el Parlamento catalán: siete por Barcelona, dos por Tarragona y uno por cada una de las otras dos provincias, Lérida y Gerona.