Abascal rebaja el rol de Buxadé y Ortega Smith y entrega galones a Garriga
El actual presidente de Vox presenta su candidatura a la Asamblea General del partido e incorpora a cargos territoriales y a la portavoz en el Congreso
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Santiago Abascal ha hecho pública este martes en X su propuesta para el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido, que, si no hay sorpresas —a la espera de conocer si hay candidatura alternativa—, será el proclamado en la Asamblea General de la formación el ... día 27. De primeras, llama la atención la pérdida de peso de sus hasta ahora vicepresidentes, entre ellos Jorge Buxadé y Javier Ortega Smith, y la acumulación de poder de Ignacio Garriga, quien, además de secretario general, será el vicepresidente único. Un número dos con muchísimo peso político.
En octubre hubo una reestructuración que generó una crisis interna sin precedentes, porque por primera vez voces críticas denunciaron públicamente el aislamiento de la dirección. Según aseguraban, la corriente que representaba Buxadé, la más conservadora del partido, estaba ganando enteros frente a la que encarnaba Iván Espinosa de los Monteros, neoliberal, que había dimitido dos meses antes.
Ortega Smith, por su parte, ya había visto cómo perdía influencia en el organigrama un año antes, cuando tras la abrupta salida de Macarena Olona de la formación derechista, la abogada del Estado clamó en las páginas de ABC contra la supuesta falta de democracia interna en Vox. Desde entonces, Olona se ha convertido en un ariete contra su expartido —llegó a presentarse bajo una nueva formación a las elecciones generales de julio sin ninguna trascendencia— y en los últimos días había alentado la configuración de una alternativa contra Abascal. En principio, a falta de unas horas para el cierre del plazo para presentar los avales, no la habrá.
El partido pasa de tener tres vicepresidentes a solo uno, el propio secretario general, y los tres —Reyes Romero era la tercera vicepresidenta— tendrán ahora rango de vocal, como otros quince nombres que integrarán el CEN. Aparte de ellos, del presidente y del secretario general/vicepresidente, Pablo Sáez sí conserva el cargo de tesorero. Hay muchas caras nuevas en la ejecutiva, como la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, o dirigentes territoriales como son los cuatro vicepresidentes autonómicos de la formación, a saber: Juan García-Gallardo, José Ángel Antelo, Vicente Barrera y Alejandro Nolasco.
También entran la jefa de prensa de Abascal, Rosa Cuervas-Mons, y la que se ha convertido en una de sus principales asesoras, Montserrat Lluís. Completan la candidatura Rocío de Meer, María Ruiz, Enrique Cabanas, Luis Gestoso, Blanca Armario, José María Figaredo —número tres del grupo parlamentario en el Congreso—, y Llanos Massó.
Abascal había anunciado previamente este martes, en los pasillos del Senado, que ya contaba con los avales necesarios para optar a su reelección como líder del partido en la Asamblea General de finales de mes. Salvo giro de guion, no habrá lista rival.
En el proceso de recogida de avales, los candidatos que opten a presidir el partido deben contar con el respaldo explícito del diez por ciento de la militancia al corriente de pago y con nueve meses de antigüedad, por decisión del Comité Electoral de la formación. Todos los que deseen competir por la Presidencia de Vox deben reunir 3.269 avales; casi 1.700 menos de los que eran necesarios en 2020, lo que evidencia una pérdida de afiliados de pleno derecho.
Aun así, Abascal ha restado importancia a este retroceso de afiliación activa y ha cargado contra los medios por, según él, publicar «una gigantesca mentira» al hablar de pérdida de militancia en Vox. El partido mantiene el número total en 66.949, pero lo cierto es que solo 35.548 pagan la cuota que da derecho a ser miembro oficial de la formación. En el proceso interno de Vox para elegir presidente, que se celebra cada cuatro años y que se ha adelantado de marzo al día 27 de este mes de enero, no se espera ninguna candidatura además de la del actual líder, a pesar de que en los dos últimos años ha habido crisis internas que han cuestionado a su núcleo duro.
En alusión a un manifiesto crítico que ha circulado en los últimos días, en el que anónimamente algunos presuntos afiliados promovían una refundación del partido, Abascal ha tirado de ironía: «He leído en los periódicos que hay manifiestos anónimos y supongo que habrá algún anónimo recogiendo avales también».
«Si hay crisis interna, si hay mucho descontento, si hay corrientes ideológicas como los medios han estado vendiendo durante tanto tiempo, eso afloraría en la convocatoria de una asamblea. A día de hoy yo no creo que vaya a ocurrir. Lo sabremos el día de mañana, que hoy termina el plazo de avales. Yo sé que mi candidatura ha recogido los avales necesarios, no sé si hay otra que los ha obtenido, pero mañana podremos preguntarnos dónde está el candidato de los medios de comunicación», ha sentenciado Abascal.
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