Que te vote 'la pija y la quinqui': del «Perro sanxe» a Taylor Swift, Sánchez repasa los iconos de la generación Z

Ambos, que son guionistas, pertenecen a la franja de edad más joven, la generación Z. Y ambos son auténticos hijos de su tiempo. Le presentan como el español más famoso, después de Rosalía. Sánchez, en su lisonjería política, les adula con un «y de vosotros». A raíz de esto le preguntan si conocía el podcast, pero se sale por la tangente. Pero Peguer, con esa irreverencia tan de los zetas, —o la mala educación o valentía, según se quiera—, no le suelta: «Vamos, que no sabía quiénes éramos». «Totalmente», reconoce el socialista y se echa a reír. Verificación en directo.

La entrevista fue por muchos derroteros, poco políticos y casi nada comprometidos. Sánchez consigue colocar sus mensajes y sus críticas a las críticas que recibe: que si el colchón, que si Las Marismillas —«que algunos se quieren cargar»—, que si el Falcon y el Superpuma. «Falconetti, tiene gracia». Pero nada. Todo son críticas.

Habló mucho de música, de sus gustos y de su lista de Spotify. El presidente se reconoce admirador de Taylor Swift que pone como ejemplo de «superación», a lo que Peguer le responde con un «acaba de ganar la presidencia del Gobierno». También comentó los memes que hacen de él y reconoce que el que más le gusta es el de «sabe más Perro Sánchez por perro que por Sánchez». Aunque a él la perra que le gusta es la de la canción de Rigoberta. Y Paquita Salas. Toda la incografía millenial tópica.

Sin embargo, la brecha generacional es evidente. Sánchez se reconoce fan de los podcasts de Radio3 y de la radio pública americana; pero ellos no: la música la conocen a través de amigos o de las redes sociales. Les pregunta a Maturana y Peguer si no les gusta música de su época. «Serrat», responden. Hundido.

Pedro Sánchez repasa también algunos de los momentos de su vida. Su infancia en Aluche, «un barrio humilde», habla del Ramiro de Maeztu en El Viso —sin nombrarlo, claro—. Le preguntan si estudió en la Autónoma, dice que no, en un centro adscrito a la Complutense. Se refiere a la Universidad Camilo José Cela, aunque aquí, al contrario que con la radio pública de los podcasts que escucha, no dice que es un centro privado.

En el momento de los regalos, ellos les dan una pizza «cojonuda», del restaurante Luna Rossa en Malasaña, que bautizaron así por un tuit de Pedro Sánchez. Él les entrega 'merchandising' de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea: agenda, boligráfos, pins, abanicos y fulares.

Y hablan sobre los bulos y el odio de las redes sociales. «Que seguro que lo habéis recibido por entrevistarme». «Nosotros ya lo recibíamos de antes», responde Maturana. «No eres tan importante», le vacila.

Y es al final cuando se resuelve una de las preguntas más esperadas. ¿Sánchez es pija o es quinqui? Evita la respuesta. «El presidente no se moja». Pero ellos ya lo dicen por él: es pija, porque le gustan las alpargatas.