El trumpismo y sus socios acogen a Abascal en Estados Unidos
El presidente de Vox ataca el ideario socialista y globalista durante su discurso en un congreso conservador en Washington
Abascal acusa a Sánchez y Feijóo de hacer políticas que son «una amenaza al campo español»
Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónSantiago Abascal consiguió este jueves que un auditorio de los trumpistas más militantes de Estados Unidos aplaudiera levantado un «¡Viva España y viva la libertad!» El presidente de Vox fue uno de los invitados a hablar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de ... Washington, ante la que se presentó como «humilde representante de una nación que en su día asombró al mundo» y a la que le propuso un nuevo lema inspirado en el grito de guerra de Donald Trump: «Hagamos a Occidente grande otra vez».
Seguido por un enjambre de jóvenes afiliados y simpatizantes españoles de Vox, varios con la gorra roja del trumpismo —con aquel lema de 'hagamos América grande de nuevo'—, Abascal llegó saludando a cubanos, venezolanos y salvadoreños que le reconocían y le paraban para pedirle un selfie o compartir unas palabras. Le ven, dijeron a ABC algunos de ellos, como la representación en España de ese ideario trumpista que roza de nuevo el poder.
El propio Abascal se refirió a ese ideario en su discurso en el auditorio principal: «La patria, la libertad, la razón, la fe de nuestros padres, la familia, la propiedad, la soberanía, la democracia y la limitación del poder, y por encima de todo, la vida, la vida sin la que no hay nada». Esas palabras, en español subtitulado, fueron de las más aplaudidas en su intervención, junto con la repulsa de «los regímenes criminales de Venezuela, Nicaragua y Cuba, pues hace 65 años que esa nación hermana padece un régimen asesino».
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El movimiento de derecha populista que ha aupado a Trump, a la italiana Georgia Meloni, al argentino Javier Milei y al salvadoreño Nayib Bukele, demostró en este congreso que está con Abascal. Y esta acogida por estos militantes del trumpismo no revestiría la misma relevancia si no fuera porque este es año electoral en EE.UU., Trump va camino de ganar las primarias sin muchos apuros y las últimas encuestas le dan ventaja sobre el presidente Joe Biden en la votación de noviembre.
Este es el epicentro, un vaticano del trumpismo. Durante años al hoy líder del Partido Republicano se le declaró aquí 'persona non grata', hasta que en 2016 ganó las primarias y exigió una rendición completa, una entrega total que dura a día de hoy. Al presidente Biden se le reserva en estos pasillos otro papel, el de villano, o ni siquiera eso: su cara, con el flequillo y el bigote de Hitler, se había estampado en un rollo de papel higiénico a la venta por 5 dólares, unos 4 euros. Un muñeco de cartón le mostraba con cara de confusión, como perdido, con una gorra negra con el lema 'la salida es por aquí', una broma por su avanzada edad y sus frecuentes lapsus y aparente confusión.
El espacio reservado para el presidente de Vox este jueves fue de 'prime time', después de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem; el presidente de la comisión judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, y el diputado Matt Gaetz. Los tres se cuentan entre las voces más influyentes del trumpismo y dentro del Partido Republicano, y han sido barajados para una posible candidatura a la vicepresidencia u otro alto cargo si Trump vuelve al poder el año que viene.
No son contactos exentos de polémica. Gaetz, por ejemplo, que habló justo antes que Abascal, criticó duramente a Volodímir Zelensky, del que dijo que no es una víctima y le acusó de varias tropelías. También rehusó criticar a Vladimir Putin. Hizo además una crítica dura a España, acusando al país de destinar menos en su defensa que el Ministerio del Interior de EE.UU., una especie de justificación de que la Casa Blanca deje de apoyar a la OTAN y a sus socios en Ucrania ante la invasión rusa. El presupuesto de Defensa en España fue de 14.000 millones de euros el año pasado. Mientras que, el del ministerio de Interior de EE.UU. en el mismo periodo fue equivalente a unos 18.000 millones de euros.
Reuniones previas
Antes de su participación en el congreso, Abascal mantuvo reuniones en Washington y una de ellas llama especialmente la atención: una conferencia en la fundación Heritage. No se la conoce mucho en España, pero es el cerebro y la espina dorsal del trumpismo, la institución de la que emanaron muchas de las políticas centrales de sus cuatro años de mandato y que ya está trabajando en un plan para la transición a una nueva administración Trump en 2025. Tiene una agenda de medidas urgentes con un plazo de 180 días y un programa contratación de posibles funcionarios a los que ya está entrevistando y formando.
En esa otra conferencia, que se mantuvo sin prensa, estaban contactos directos de Trump, como Sebastián Gorka, que fue su asesor en la Casa Blanca en 2017, o Mike González, que estuvo en la comisión sobre memoria que armó el expresidente y que tiene entre sus logros haber conseguido paralizar la creación de un museo dedicado a los latinos o hispanos por las críticas de sus impulsores al legado ibérico en América.
Abascal ya estuvo en este mismo congreso de votantes conservadores en 2020, cuando el coronavirus comenzaba a hacer su aparición y EE.UU. se adentraba, como ahora, en un ciclo electoral. Aquel acabaría con Trump evacuado de la Casa Blanca y Biden tomando el relevo.
Sin duda, bajo la égida de Trump, en lo que se refiere a España, el Partido Republicano ha tendido la mano a Vox, tras aquellos años de tan estrecha amistad entre George W. Bush y José María Aznar, del Partido Popular. Hoy los republicanos en el poder en EE.UU. desprecian por igual a los demócratas y a los neoconservadores y aquellas ideas de exportar la democracia e intervenir militarmente contra dictaduras a miles de kilómetros.
Este es un nuevo Partido Republicano, en un nuevo escenario político, donde el eje entre izquierda y derecha ha quedado superado por otro tipo de ideas, más centradas en combatir lo que denomina globalismo. Abascal de hecho se hizo eco de ese eje en su discurso: «El socialismo y el globalismo gobiernan contra el pueblo». Añadió no obstante que «las naciones de Occidente han despertado, como nuestros pueblos se resisten a esta eutanasia obligatoria, ahora tratan de prohibir la disidencia, de negar la democracia, de destruir la autoestima nacional, la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, la libertad de enseñanza y hasta los simples enunciados de la ciencia, como la biología».
Su propuesta la detalló en otro lema durante su discurso, pronunciado en español, y volviendo a hacerle un guiño a Trump y lo que representa: «Enhorabuena a todos por seguir peleando para hacer América grande otra vez. Nosotros trabajamos para hacer a España grande otra vez».
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