Stoltenberg, en Madrid: «El 2% es el suelo, no el techo del gasto en Defensa»

Esta idea la ha proclamado este lunes el líder de la Alianza ante la 68ª Asamblea Parlamentaria de la OTAN que desde el viernes y hasta hoy se ha reunido en Madrid con motivo del 40 aniversario de la adhesión española a la OTAN y tras la Cumbre celebrada en la capital española el pasado mes de junio.

Stoltenberg, que ha protagonizado tres grandes actos en nuestro país en apenas cinco meses, espera así «que haya un compromiso aún mayor de gasto en defensa para invertir más»: «Quizá el 2% sea una base más que un objetivo». Precisamente ha señalado que en la próxima Cumbre de Vilnius (Lituania) -11 y 12 de julio- se volverá a remachar esta idea del 2% como punto de inicio más que de llegada para los presupuestos de defensa de los países aliados.

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Precisamente, el secretario general de la OTAN ha realizado estas declaraciones en España, país que suele ser el penúltimo en gasto por PIB en defensa con una estimación para este año del 1,01%. Todo ello pese al esfuerzo inversor de los últimos cuatro años, en los cuales se han arrancado programas militares clave por valor de unos 18.000 millones de euros a distribuir en próximos años.

Stoltenberg ha señalado que este 2022 los 30 países de la OTAN habrán destinado a la defensa unos 350.000 millones de euros; obviamente, EE.UU. asume más de la mitad de ese gasto.

La intervención del noruego ha puesto colofón al 'año OTAN' de España, como se refirió Felipe VI en su discurso de ayer por la tarde en el Palacio Real en la recepción a la Asamblea Parlamentaria. Un año que ha sido muy aprovechado por el Gobierno de Pedro Sánchez para sacar pecho del papel de España en la OTAN, con sus misiones, su base de Rota -forma parte del 'escudo antimisiles' aliado en su componente naval con los destructores estadounidenses- y, en definitiva, con la unidad mostrada en la pasada Cumbre de Madrid frente a «la guerra de agresión de Rusia en Ucrania».

Ante el medio millar de diputados de los 30 países de la OTAN, Sánchez volvió a hacer gala de ello y se refirió, en la mayor parte de su discurso a la guerra de Putin: «Sabemos que Ucrania resistirá y el orden internacional prevalecerá». También defendió que los crímenes de guerra de Putin en Ucrania «no queden impunes» e hizo un llamamiento para que «la justicia, la memoria y la verdad» prevalezcan.

Sánchez reivindicó la labor de la Alianza Atlántica al recordar que había dirigentes que llegaron a vaticinar la «muerte cerebral» de la organización que había «muerto de éxito», en alusiones a las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, antes de la Cumbre de Londres (2019). Y alabó el liderazgo de Stoltenberg que «nos ha llevado a la firmeza, la unidad y la templanza, evitando una escalada del conflicto». Puso de ejemplo el impacto del misil en territorio polaco.

El presidente del Gobierno también aprovechó para 'vender' marca España dentro de la OTAN y en relación a la ayuda a Ucrania con los 270 millones aportados al Fondo Europeo para la Paz, con el envío de las baterías de misiles de defensa antiaérea Aspide y Hawk u obuses, con el envío de generadores eléctricos o vehículos, así como el adiestramiento que se está proporcionando a efectivos ucranianos en la Academia de Infantería de Toledo o en Almería.

Los despliegues militares de España con la OTAN reforzados en Letonia o las participaciones en las misiones de Policía Aérea en Bulgaria o los países bálticos, así como las patrullas marítimas son otros ejemplos del compromiso español que esgrimió Sánchez para mostrar a España como un aliado fiable para sus socios en la OTAN. Una organización que, en definitiva, se ha convertido este año en una formidable plataforma para el Ejecutivo de Sánchez en lo que respecta a su diplomacia de defensa.