todo irá bien
«El Tribunal Constitucional es un árbitro que siempre pita a favor del Real Madrid»
El presidente del PNV, Andoni Ortúzar, se queja del «progresivo empequeñecimiento del autogobierno vasco» y se permite bromear sobre el caso Negreira
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Iniciar sesiónEl presidente del PNV, Andoni Ortúzar, dijo ayer en Barcelona que en caso de conflicto político en España, «el Tribunal Constitucional es un árbitro que siempre pita a favor del Real Madrid». En una conferencia en Foros de Vanguardia, organizada por el Grupo Godó, Ortúzar ... se quejó del «progresivo empequeñecimiento del autogobierno vasco» y se permitió bromear sobre el caso Negreira. «Ya sé que en Barcelona no queda bien últimamente hablar de árbitros, pero como os voy a hablar de uno que siempre pita a favor del Real Madrid, seguro que me vais a entender».
Tras la abolición del delito de sedición, la reforma de la malversación, y la renovación progresista de los distintos órganos judiciales, es por lo menos cínico decir que en España, en caso de conflicto, «el árbitro pita siempre a favor del Real Madrid», además dar por supuestos unos posicionamientos ideológicos que el club nunca ha asumido como propios, ni ha hecho amago de reivindicarlos.
Teniendo en cuenta además que asuntos tan significativos como la nueva ley del Deporte se han aprobado con enmiendas decisivas que a propuesta del Real Madrid y del Barcelona presentó el PNV -como la eliminación de la obligatoriedad de los avales para presidir los clubes que no son sociedades anónimas- el discurso de Ortúzar resultó ser un grosero insulto a la inteligencia y a la verdad.
Y todo ello sin contar que el PNV fue capaz en 2018 de votar los presupuestos al presidente Rajoy y de echarle a la semana siguiente en la única moción de censura exitosa desde la recuperación de la democracia. ¿Quién es el árbitro, Ortúzar? Y más aún: ¿quién crea siempre el conflicto?
Durante el resto de su intervención, Ortúzar recurrió a todos los tópicos más vulgares para ejercer el clásico victimismo folklórico, hablando de «los territorios del País Vasco que están en otras comunidades» cuando hasta en Cataluña está felizmente extinguida la afectada moda del pancatalanismo. Sin plantear horizontes amenazantes, ni siquiera estresantes, pero siempre desde la pretendida altura moral de los que aluden al tam-tam tribal como si fuera un argumento más válido que la lógica civilizada.
Con un teñido pasado de tinte, una oportunista retórica de vendedor de pócimas ambulantes y esa suficiencia cantonal con que los localismos no se dan cuenta de que en realidad sus problemas no son tan importantes, Ortúzar pareció más que nunca uno que había ido a pasar el cazo en una tierra empachada de charlatanes que no paran de hablar hasta que te colocan trastos que no sólo no funcionan sino que además era evidente que no necesitábamos.
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