Rodea el Congreso: cuando los socios de Pedro Sánchez intentaron reventar la investidura de un presidente del Gobierno

Marlaska, el PSOE y sus socios están criticando con dureza cómo los grupos que han liderado las protestas en Ferraz quieren realizar lo propio en la Cámara Baja, algo que ha propiciado que se recuperen viejos mensajes de dirigentes que hace años no solo no lo veían mal, sino que lo promovían.

Una de las más vehementes fue Irene Montero. La que luego sería ministra de Igualdad gracias al acuerdo de Gobierno entre PSOE y Podemos pidió de manera explícita que se permitiera a los que iban a protestar contra la investidura de Mariano Rajoy en octubre de 2016. Aquellas protestas fueron contra el PP y el PSOE, lo que añade un punto más de ironía con lo que está ocurriendo hoy, y el movimiento se bautizó y pasó a los anales como «Rodea el Congreso».

Desde días antes de la sesión de investidura de Rajoy, que salió adelante con la abstención de la mayoría de diputados socialistas, desde Podemos y otros partidos a su izquierda, como EH Bildu, se promovió que sus seguidores fueran a protestar a la sede del Congreso.

«El Congreso necesita defenderse de corruptos y evasores fiscales, no de los compatriotas a los que representamos», pedía una Montero que, al entrar a la Cámara Baja, se encontró con las vallas que había preparado la Policía para proteger la zona.

Un tuit que, ahora, ha vuelto como parte de la hemeroteca digital de las redes sociales.

Las escenas de las protestas son aún recordadas. Las pancartas y soflamas gritando contra el PP y contra Mariano Rajoy se mezclaron con las que también apuntaban al PSOE y a un Pedro Sánchez que en esos mismos días presentó su dimisión como secretario general del partido, para regresar en unas primarias en 2017.

No sólo Podemos se puso al frente de estas protestas. Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña, también entró en este movimiento. En los últimos días se han recuperado imágenes suyas aplaudiendo a quienes se acercaron entonces a las inmediaciones de la Carrera de San Jerónimo.

Ahora se respira todo lo contrario. Ahora son los grupos de izquierdas los que piden respeto al proceso de investidura y critican las llamadas a la protesta en el Congreso.

«Hay un sector reaccionario que no acepta la soberanía popular», afirmaba unos días atrás Iñigo Errejón, referido a las protestas en Ferraz y la eventual que se pueda producir en la investidura. Frases que hace 7 años habrían sonado más propias de los miembros del PP.

No es el único gran cambio. El dispositivo planteado para estas jornadas está planteado para 1.600 agentes de la UIP, lo que sponen 600 más de los que acudieron al Congreso en 2016.