Esclarecen el robo de armas en la Base Militar de Bótoa

Según aseguraron algunas fuentes, los agentes hallaron varios trozos de las armas previamente desguazadas, las cuales se suman a otras ya en poder de la Unidad Central Operativa (UCO), que dirige la investigación. Este extremo no ha podido ser confirmado oficialmente dado el secreto del sumario decretado por los dos jueces que instruyen el caso, uno togado militar y otro el juez decano de Badajoz, Emilio García Cancho.

La mayoría de las armas sustraídas ya han sido recuperadas, si bien se realizan gestiones para hacerse con la totalidad: diez pistolas Llama M-82 de 9 milímetros parabellum y 20 subfusiles de asalto HKG-36 del calibre 5,56 x 45 milímetros.

Todo indica que, con independencia de otros escondrijos o zulos, los ladrones que perpetraron el robo la noche del 28 de febrero de 2011 en la Base 'General Menacho' de Bótoa decidieron desprenderse de parte del botín desguazando las armas y tirándolas al agua. La inmensidad del río a su paso por la capital pacense hace prever que los detenidos, ahora en prisión, han tenido que revelar el paradero o al menos la zona en la que las tiraron, dado que, de lo contrario, sería imposible plantear un operativo de búsqueda dada la turbidez que presenta el río.

Desde el 21 de junio están en prisión 6 detenidos por el robo de las armas, todo ello después de que la Guardia Civil realizara un espectacular despliegue, con hasta cien agentes especializados, en las barriadas de Cañada-Moreras y Santa Engracia de Badajoz. Se trata de Marco Antonio C., de 27 años, un exmilitar que estuvo destinado en la base militar de Bótoa y en principio cabecilla de la banda; su hermano José Manuel C., de 31 años, y tres compinches de entre 22 y 27 años (D. M. G., A.A.R. y D.M.L). A todos ellos se le atribuyen hasta 45 asaltos, aunque han ingresado en prisión otras 3 personas más implicadas en distintos atracos pero en principio no relacionadas con el robo de la instalación militar.

La operación está a punto de cerrarse, según han asegurado otras fuentes consultadas. Una vez han sido detenidos los presuntos autores y recuperadas las armas se cierra el círculo de una investigación que hasta ha precisado del empleo de georradares para buscar las pistolas y subfusiles robados en una finca próxima al acuartelamiento militar. Y es que en su momento se presumió que los delincuentes podían haber enterrado parte del botín en una finca próxima al acuertelamiento militar ubicado en la carretera de Badajoz-San Vicente de Alcántara.