El PP se divide en su diagnóstico sobre si debió confrontar más con Vox o ignorarlos

La falta de un mayor control en la estrategia de pactos tras el 28M sale también a relucir entre los problemas

Feijóo acelera para aclarar los pactos con Vox

Editorial | Vox ante el espejo

Feijóo no renunciará a intentar ser presidente pese al portazo del PNV

El PP busca ya reponerse del duro golpe que ha supuesto un resultado electoral muy lejos de las expectativas. «Todavía estamos en shock». «La sensación es de desconcierto». «Hay mucha incertidumbre». «Nos tenemos que levantar». Así está el PP. No alcanzar el Gobierno no estaba ... dentro del radar de un partido que ahora busca explicaciones. Y lo cierto es que en un punto fundamental las argumentaciones se bifurcan: ¿Qué hemos hecho y qué debemos hacer con Vox?.

Sí que hay una serie de elementos consensuados: la sobremovilización de la izquierda que no detectaron la mayoría de los sondeos ha sido la causante del resultado. Y eso se concentra especialmente en Cataluña. La subida allí ha compensado los retrocesos en otras zonas del país. Y de este punto concreto responsabilizan a Vox: «Todo fue calentado por Abascal en la última semana». No se aceptan muchos más errores, aunque de forma genérica sí que se apuntan a que la campaña ha estado plagada de traspiés. «Ha habido cosas muy mejorables en la campaña, especialmente en la segunda semana», apuntan desde un Gobierno autonómico.

Un importante alcalde del partido refiere que durante la Junta Directiva Nacional del pasado lunes sí hubo intervenciones que hicieron referencia «al daño que nos está haciendo Vox». Pero sin un análisis en profundidad sobre esta cuestión. Génova quiere ahora poner el foco en la idea de que es Feijóo quien ha ganado las elecciones y que debe actuar con responsabilidad en base a los resultados para «evitar que gobiernen Bildu y Puigdemont».

Pero la cuestión que divide al PP es si esa sobremovilización de la izquierda se ha producido, en parte, por la estrategia del PP respecto a Vox. Otro importante dirigente municipal lo ve así y lamenta «haberle comprado el marco a la izquierda». Un líder autonómico considera que «contribuir a la demonización de tu único socio potencial es un grave error que moviliza a los moderados». Un presidente autonómico lamenta que la campaña ha impuesto la imagen de un Sánchez «heróico y que siempre resurge» mientras «nosotros nos consumíamos en el debate sobre Vox».

Es un planteamiento bastante extendido estas primeras 48 horas en diferentes estamentos del PP: «Lejos de blanquear a nuestro socio nos hemos dedicado a demonizarlo. Si compras el marco de la izquierda en todo no podemos sorprendernos si la izquierda nos hace caso. Hemos dicho que Vox era un partido con el que no se debía gobernar. Y evidentemente en ese marco siempre nos va a ganar el PSOE». Una alcaldesa apunta a que Vox es «un partido como otros, mucho mejor que otros» y «si se les aparta hay que explicarlo muy bien». Aunque en su caso se muestra partidaria de no asumir la «censura» que sobre ellos impone la izquierda.

Hay importantes cargos del partido que creen que ese discurso casaba mal con la realidad postelectoral del 28 de mayo. No solo porque estas semanas se han rubricado varios acuerdos con Vox, sino porque en ese proceso no hubo una posición común. Y que, sin haberla, el vínculo con Vox se hizo evidente en cualquier caso. Se piensa mucho en el pulso con rectificación en Extremadura. A muchos presidentes autonómicos ya les molestó entonces su discurso sobre Vox. Y eso no se ha olvidado. Pero en el partido tampoco gustó el acuerdo rápido de la Comunidad Valenciana. Un pacto con «alfombra roja» que dificultó el discurso nacional de Feijóo. «En lo que se ha equivocado, y lo ha hecho con buena voluntad, es en dejar que cada uno haga lo que quiera», señala un dirigente del partido.

Pero el PP desde luego no es unánime en lo que Vox representa. «No confrontar más con Abascal fue un error, porque terminó dejando ese terreno libre para movilizar a la izquierda. Por eso no se ha producido el trasvase moderado que esperábamos», señala un cargo público que formó parte de la dirección de Génova hasta la llegada de Feijóo. En el espacio de poder actual de Génova ese análisis también tiene su espacio: «Vox es tóxico y su campaña radical ha hecho el resto para movilizar a la izquierda». Desde un Gobierno autonómico señalan también a Vox por su «campaña desastrosa» que ha «lastrado las posibilidades de gobernar».

Conviven en el PP visiones muy distintas sobre Vox que han condicionado la campaña, pero que marcará también el futuro. Lo que sí se hacía evidente en los análisis es que la mala optimización del voto en la derecha explica en gran medida los resultados. La suma de ambos ha vuelto a superar los 11 millones de votos. «Ahora no hay que pensar en pactar con Vox, sino en cómo comernos esos votos». La cuestión es si eso se hace desde la confrontación total o, por el contrario, desde su normalización y posterior fagocitación. Esta segunda es más la línea que defienden algunos de los presidentes autonómicos más destacados.

El liderazgo de Feijóo

Las dudas estratégicas no se trasladan al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Aunque la incertidumbre sobre su futuro flota ya en el ambiente del partido y desde cargos medios hasta alcaldes se preguntan ya al respecto. Eso sí, lo que es unánime es que su liderazgo ha aportado mucho al partido: «Hay que poner en valor lo que ha hecho», defiende un presidente autonómico. «Tiene los argumentos políticos y morales para continuar», señala un diputado nacional.

El inequívoco crecimiento del partido en estas elecciones y los buenos resultados conseguidos también en las elecciones municipales y autonómicas avalan su liderazgo interno: «No se merecía este resultado. Con nosotros se volcó». Sí que hay cierta inquietud sobre si él seguiría al frente del partido si no logra gobernar. «Él vinculó su continuidad al frente del PP a una victoria sobre Sánchez. Y la ha conseguido». La expectativa de la repetición electoral está abierta o de una legislatura corta. Y si él quiere será el candidato.

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