Podemos teme que el PSOE repita la jugada de la reforma fiscal con los presupuestos: «Tomaduras de pelo, ninguna»

La formación morada teme, además, que los socialistas aborden exactamente la misma estrategia: empezar a negociar por PNV y Junts en vez de por los socios de izquierdas como ya hicieron con el paquete fiscal. «Están tanteándoles primero como la otra vez, van a intentar repetir la misma jugada de la reforma fiscal con los Presupuestos Generales del Estado».

Asimismo, el Gobierno estudia ahora separar la equiparación tributaria del gasóleo a la gasolina, que el Congreso dejó fuera de la reforma fiscal hace dos semanas junto a las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (Socimis) y la sanidad privada, de la prórroga del impuesto energético. Algo a lo que Podemos no está dispuesto. «Tomaduras de pelo, ninguna. No somos un socio de Gobierno». Así lo ha trasladado este viernes la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, en una conversación informal con los periodistas durante el acto conmemorativo del 46º aniversario de la Constitución Española en el Congreso de los Diputados.

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Por todas estas razones, lo tienen claro: están dispuestos a dejar caer los presupuestos si el Ejecutivo no acepta sus condiciones, que son la rebaja de los alquileres por ley y la ruptura de relaciones con Israel. Es más, estarían a favor de una nueva prórroga de las cuentas estatales del año 2023, ya que fueron las que Unidas Podemos pacto con el PSOE cuando gobernaban juntos. «Para traer unos presupuestos peores, nos quedamos con los de 2023», traslada otra fuente.

En este sentido, saben a la perfección los de Belarra el poder de sus cuatro diputados en la Cámara Baja y pretenden exprimirlos al máximo: «Como grupo parlamentario lo único que tenemos son nuestros votos y tenemos que usarlos», zanjan.

Por otro lado, Podemos considera que la legislatura de Sánchez no depende únicamente de sacar adelante los nuevos presupuestos (los cuales están dispuestos a dejar caer si el Gobierno no cede a sus condiciones, ya que no les importaría una nueva prórroga de las cuentas que pactaron los socialistas, dentro en el año 2023 con el PSOE), ya que su estabilidad pasa precisamente por la gravedad que tome de aquí en adelante tanto la situación judicial del Gobierno como la del entorno del presidente.

Aun así, creen que «hay gran parte de lawfare» en el caso Koldo porque «la derecha judicial manda, aunque no gobierne». Eso sí, advierten que esta era una de las consecuencias de pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el PP. Ahora, opinan, «es difícil defenderse».