Podemos afianza el bloque de 19 escaños de ERC, Bildu y BNG para presionar al Gobierno

En los tradicionales corrillos entre políticos y periodistas que se desarrollaron este miércoles en el Salón de Pasos Perdidos, en el 45 aniversario de la Constitución Española, fuentes de Podemos confirmaron que su intención es profundizar en esta alianza parlamentaria con ERC, Bildu y BNG ahora que gozan de libertad de acción política al abandonar el grupo parlamentario de Yolanda Díaz. «Vamos a trabajar juntos, ellos también lo ven así, de la misma forma que ya lo veníamos haciendo», explicó una fuente del entorno de la secretaria general del partido, Ione Belarra.

El debate para hacer permanente los impuestos a las empresas eléctricas, la banca y las grandes fortunas será la primera batalla de este bloque de 19 diputados, junto a la negociación de los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) y la prórroga de las medidas del 'escudo social' para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Evaluar el carácter permanente de estos impuestos fue de hecho un compromiso al que llegaron PSOE y Bildu en su acuerdo de investidura en noviembre.

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Los gravámenes se aprobaron a finales de 2022 de forma temporal con una vigencia de dos años. Los partidos del Gobierno contaron con el apoyo de Bildu, ERC, Compromís, Más País y BNG, y los votos en contra de Partido Popular, Vox y Ciudadanos. Ahora, la coordinación de Podemos, Bildu, ERC y BNG vuelve a ser fundamental para presionar porque si bien Sumar sí apuesta por hacerlos permanentes, el PSOE se lo está replanteando después de los avisos de Repsol, Iberdrola y otro socio, el PNV, como informan las páginas de la sección de Economía de esta edición de ABC. Precisamente, otro de los principales objetivos de este bloque de 19 diputados de ERC (siete), Bildu (seis) y BNG (uno) y Podemos (cinco) es hacer contrapeso a los doce de Junts (siete) y PNV (cinco).

El diputado de Bildu Oskar Matute confirmó esta tesis en Radio Euskadi: «Yo creo que el Gobierno tiene unos aliados de los cuales, o yo lo quiero ver así, 19 intentarán empujar políticas más decididas hacia la izquierda, más valientes, y serían ERC, EH Bildu, BNG y ahora Podemos, y otros 12 que serían la suma de los diputados de Junts y del PNV, que probablemente intentarán que determinados avances sociales, o la velocidad de los avances sociales, sea más ralentizada».

En este contexto, favorece a Podemos que la relación del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, con las líderes del partido morado es de complicidad y confianza, mientras que de Yolanda Díaz ha llegado a decir que le da «más miedo» que el líder de Vox, Santiago Abascal. Rufián ha tenido múltiples mensajes de agradecimiento y apoyo a Ione Belarra e Irene Montero en sus últimas intervenciones, incluso asistió a la conferencia política del 4 de noviembre en la que Podemos cambió sus documentos para poder romper su acuerdo con Sumar.

También el fundador de Podemos explicó en RAC1 que volverán a trabajar en «un bloque de izquierda parlamentaria frente a un Gobierno que ya ha dicho que se quiere apoyar más en PNV y Junts». Sabedor de que no tenía capacidad de condicionar la agenda del Gobierno desde el Consejo de Ministros, sobre todo en materias como vivienda y economía, Iglesias usó de palanca de presión contra el PSOE el dique de 53 escaños que sumaba la izquierda independentista en la legislatura anterior. Fue él quien intermedió con Bildu y ERC para que facilitaran la investidura de Sánchez en 2020. Y también el que unos meses después blindó lo que se bautizó como «bloque plurinacional para la dirección de Estado», cuyo principal éxito fue empujar junto ERC y Bildu al PSOE a posiciones a su izquierda en la negociación presupuestaria de 2021 para alejarlo de acuerdos con Ciudadanos.

Isa Serra, portavoz de Podemos, aseguró ayer en TVE que seguirán «presionando al PSOE para ir más lejos de lo que quiere el PSOE». Pero la dirección de Podemos asegura que no han roto con Sumar para boicotear al Gobierno, sino para seguir haciendo política con autonomía y que su intención es trabajar para la estabilidad del Ejecutivo. Aunque dejando su sello.