Estado del Gobierno de coalición
Pedro Sánchez gana tiempo y Podemos proyecta a Ione Belarra sobre Yolanda Díaz
Negociación presupuestaria
El presidente logra el pacto que le permitirá llegar tranquilo hasta final de legislatura con el objetivo de frenar la inflación y al PP
Podemos destaca el papel de la ministra de Derechos Sociales haciendo patente la distancia con la vicepresidenta segunda
Sánchez fuerza un nuevo debate en el Senado para debatir con Feijóo
Después del pacto, llega el relato. Los terceros presupuestos del Gobierno de coalición tienen de todo: acuerdos sencillos, desacuerdos profundos, intrigas… Pero por encima de todo la convicción de todas las partes de la necesidad del acuerdo. Romper la coalición -aunque la derecha ... jugara con el ruido- nunca fue una opción. La última ventana de negociación profunda de la legislatura podría haber sido un momento propicio para el fin de su entendimiento, siguiendo el manual de que una coalición tiene que quebrarse para preparar así el camino hacia las urnas.
Hay ejemplos de esto último: los gobiernos regionales de la Comunidad de Madrid o Castilla y León. No así en Andalucía. Sin embargo, más allá de las recurrentes tensiones y escenificaciones de PSOE y Unidas Podemos, todos tenían interiorizado que el mejor argumento electoral es el de la utilidad.
Unidas Podemos negoció en bloque el borrador presupuestario y apagó por un momento el pulso soterrado que viven por el peso que tendrá cada uno en Sumar, el proyecto electoral de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Podemos, IU y Comunes están cada vez más distanciados pero supieron exprimir las debilidades del PSOE para presionar en la negociación.
La posición del Ministerio de Hacienda intentando frenar y diluir demandas de los ministerios morados ha actuado como pegamento para unir a Díaz con las reivindicaciones de Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero. Conscientes de que el PSOE explotaría sus notorias discrepancias sobre el futuro de su proyecto para reforzar su posición.
No obstante, una vez se alcanzó el acuerdo presupuestario con los socialistas, la tensión entre Díaz y Podemos se torna casi imposible de ocultar.
La distancia salta a la vista, no hay que fijarse ni siquiera en pequeños detalles. Díaz ha celebrado en Twitter el acuerdo sin mencionar a la secretaria general del partido morado, Ione Belarra. Una hora después, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, reivindica el papel de Belarra sin recordar a la vicepresidenta segunda.
Mensajes cargados de intención y lanzan una advertencia para los próximos meses. En Podemos confían en lograr la fuerza y el rédito electoral suficiente para negociar desde una posición que les permita exigir más peso en Sumar.
La izquierda alternativa al PSOE está en minoría en el Gobierno y, lo que es peor, en declive electoral, por lo que la oportunidad de vender una negociación aparentemente exitosa no podía dejarse escapar. Es la mejor carta de presentación de cara a las elecciones autonómicas y municipales de mayo y a las generales previstas para finales del año que viene.
Presumen de las medidas
Díaz y Podemos presumen también del acuerdo en materia fiscal para las cuentas públicas desde hace días, pero cada uno por su lado. Podemos destaca el papel de la ministra de Derechos Sociales. «Hace algo más de tres meses, Ione Belarra nos encargó a Nacho Álvarez y a mí el diseño legislativo de un impuesto a las grandes fortunas. Hace tres meses lo llevamos al Congreso y el PSOE votó no. Hoy está en el acuerdo de presupuestos», ha escrito Echenique en Twitter.
Ni mención a la vicepresidenta. A pesar de que el pacto se formalizó a primera hora de este martes con una reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ella, justo antes de la reunión de Consejo de Ministros donde se aprobará el borrador de las cuentas.
Sánchez sigue convencido de agotar la legislatura. No habrá superdomingo electoral en mayo haciendo coincidir las generales con las autonómicas y municipales. Se trata de un mensaje que vienen lanzando desde el comienzo de la pandemia. Pero que se ha acentuado estratégicamente con el reemplazo en el liderazgo del PP.
Sánchez sigue convencido de agotar la legislatura. No habrá superdomingo en mayo haciendo coincidir las generales con las autonómicas y municipales
Los socialistas creen que su situación demoscópica es reversible. Y se quedan con los datos de las encuestas que apuntan a que sus medidas sí son aprobadas por la ciudadanía. Aunque eso no se traslade en un ascenso en la intención de voto de ninguno de los partidos que forman la coalición.
El presidente del Gobierno quiere llegar al final del mandato exprimiendo al máximo las medidas adoptadas, habiendo tenido tiempo para que se implementen y en la confianza de que la inflación empiece a dar un respiro a familias y empresas. Unidas Podemos no permitirá al PSOE que capitalice sus medidas, como el impuesto a las grandes fortunas.
Por su parte, Sánchez siempre estará con más de un ojo y más de un pie en Bruselas. Hay tranquilidad en La Moncloa con el hecho de que la Comisión Europea está alineada con la respuesta económica y las propuestas que se están haciendo para hacer frente al reto más importante: la regulación del mercado energético.
Frenar a Feijóo
El 2023 seguirá siendo además un año sin que estén en vigor las reglas de déficit, suspendidas durante la pandemia. Con esa decisión y con los fondos europeos encima de la mesa Sánchez tiene margen para presentar unas cuentas públicas expansivas como las presentadas hoy. Legislatura larga para doblar dos curvas: la de la inflación y la del repunte demoscópico del PP tras el acceso a la presidencia de Alberto Núñez Feijóo.
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Díaz es la referente del espacio para la interlocución con Pedro Sánchez, para hacerse esta mañana una foto con él y para exponerse ayer públicamente para decir que no había acuerdo cuando todo el mundo sabía que se produciría en horas.