Sin noticias en el País Vasco del paradero de los dos españoles seis días después de su detención en Venezuela

«No hay de momento mayores novedades», ha afirmado este jueves Garmendia durante su visita a la primera jornada de puertas abiertas que ha ofrecido la Policía Nacional en el centro de Bilbao con motivo del 200 aniversario del cuerpo. Misma postura, de desconocimiento, que la mantenida ayer por el jefe del Ejecutivo vasco que reconoció que su gabinete está tratando de abrir «relaciones diplomáticas» para obtener información.

Un movimiento que confirmaban fuentes del Gobierno regional pocas horas después de conocerse la noticia el fin de semana y que está comandado por su departamento de Acción Exterior. Sin embargo, como demuestra la falta de información oficial, no estaría dando resultado, aunque todas las partes insisten en el «contacto permanente» con las familias.

La administración vasca cuenta además con una numerosa red de centros (EuskalEtxeak) distribuidos en distintos países. En concreto, tres en Caracas, la capital venezolana. Éste periódico ha tratado de ponerse en contacto en numerosas ocasiones con ellos para ver si disponían de información, pero no ha recibido respuesta.

Presumiblemente, los dos bilbaínos, tras ser aprehendidos en la frontera con Colombia en medio de su viaje vacacional, habrían sido trasladados a Caracas. Ayer, varios de los asistentes a la protesta frente al Consulado de Venezuela hablaban de la posibilidad de que estuvieran encerrados en el Helicoide, una de las sedes del Sebin, la policía política del chavismo. Una información que Garmendia ha tachado de «especulaciones» y que no ha entrado a valorar al no estar contrastada.

Pide «prudencia» y transmite la «preocupación» de las familias y confía en la labor de mediación que estaría desarrollando el Ministerio de Asuntos Exteriores quien está «al mando de esta operación». El Departamento dirigido por José Manuel Albares no ha dado tampoco en los últimos días alguna actualización sobre dónde se encuentran estos dos españoles que, según defendió ayer el histórico político hispanovenezolano, Iñaki Anasagasti, estarían siendo utilizados como «prenda» para chantajear al Gobierno español.

La denuncia sin pruebas contra Basoa y Martínez por estar preparando supuestamente un complot dirigido a altos cargos del régimen de Nicolás Maduro llegó en mitad de la crisis diplomática que viven España y Venezuela a cuenta del reconocimiento de Edmundo González como presidente electo. El miércoles pasado el Congreso de los Diputados aprobó una petición al Gobierno para que éste lo hiciese de forma oficial. Un día después el Parlamento venezolano amenazaba con romper relaciones diplomáticas y comerciales con nuestro país. Dos después el régimen hacía pública la detención de los dos bilbaínos en Puerto Ayacucho (Venezuela).

González fue el candidato opositor en las elecciones celebradas en el país suramericano a finales del mes de julio. Unas en las que Maduro se proclamó vencedor entre críticas de fraude electoral. Fue días después cuando el opositor abandonó el país a bordo de una avión de la fuerza aérea española y, tal y como informa hoy ABC, tras ser coaccionado por el chavismo en la misma residencia del embajador español ante un mediador del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.