El incendio de Balmaseda (Vizcaya) entra en fase de estabilización

Así lo ha confirmado el consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, que se ha desplazado hasta el puesto de mando que se ubica en el campo de fútbol de la localidad. «La situación está controlada y estabilizada», explicaba y descartaba que se pudiera extender más. «En el interior del perímetro se puede encender alguna llama, pero está todo bajo vigilancia y control», ha añadido. También se descartaban nuevos riesgos para las viviendas de la zona.

El fuerte viento que soplaba el domingo por la mañana en Vizcaya y las altas temperaturas resultaron ser una combinación fatal. Las llamas comenzaron a extenderse sin control en cuestión de minutos. De repente, una intensa humareda y un fuerte olor a quemado irrumpió en el centro de Balmaseda, que a esa hora celebraba algunos de los actos centrales de sus fiestas patronales. Todas las actividades quedaron suspendidas y comenzó a extenderse la preocupación entre los vecinos al ver que las llamas se acercaban peligrosamente a los núcleos urbanos.

Erkoeka ha confirmado que hay al menos dos viviendas afectadas por el fuego. Una de ellas no estaba habitada, pero la otra, donde sí vivía gente, ha quedado toralmente calcinada. «No está en condiciones de habitabilidad, por lo que han perdido su residencia», explicaba a los medios de comunicación.

La localidad de Balmaseda se encuentra en un punto fronterizo con la comunidad de Castilla y León y con la provincia de Álava. La voracidad del incendio hizo que las llamas también se extendieran por la tarde a la comunidad autónoma colindante. De hecho, esta mañana la mayor preocupación se situaba en el frente burgalés, donde, según ha confirmado Erkoreka, el fuego estaba «algo más vivo». Tanto es así, que la comunidad castellanoleonesa ha activado a la Unidad Militar de Emergencias que ya está colaborando en la zona de las Merindades.

Mientras tanto en Balmaseda, donde la ceniza todavía cubre buena parte de las calles, es momento de evaluar los daños. Según los primeros cálculos del Departamento de Seguridad vasco las llamas han arrasado más de 500 hectáreas. Los bomberos han explicado que la extinción completa «llevará tiempo» todavía. Además de terminar de apagar las llamas que todavía pueden verse en la ladera, también están tratando de refrescar las zonas ya sofocadas para evitar que el viento reavive los rescoldos.

Y es que la previsión meteorológica no parece que vaya a ayudar en las próximas horas. El fuerte viento impidió ayer la actuación de los efectivos aéreos, y esta mañana el Gobierno vasco se ha visto obligado a activar, de nuevo, la alerta por fuertes rachas de viento y riesgo alto de incendios. «Con las condiciones de sequía en las que se encuentra el monte es posible una situación de riesgo similar» a la que se vivió el domingo, ha explicado Erkoreka.

La Ertzaintza, por su parte, ha abierto una investigación y está tratando de recabar pruebas e indicios que ayuden a esclarecer las causas que desencadenaron el voraz incendio. Desde la Consejería de Seguridad piden prudencia y aseguran que todas las hipótesis están abiertas. «Que haya diferentes focos no tiene por qué deberse a la mano de una persona, sino que también puede estar causado por el fuerte viento», ha puntualizado el director general de Gestión de Emergencias de Protección Civil de Vizcaya, Pedro Izaga.