Daniel Portero: «Las víctimas debemos salir a la calle y demostrar nuestra fuerza»

¿Tenía constancia de que se iba a autorizar el acercamiento del asesino de su padre?

No. Para mí fue una gran sorpresa, porque con dos terceras partes de la condena cumplidas no es habitual que un terrorista con asesinatos pueda avanzar de grado o ser trasladado cerca del País Vasco. Además, solo un mes antes este individuo había solicitado el cambio de grado penitenciario y se le denegó. ¿Qué circunstancias cambiaron en ese tiempo? El apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de EH Bildu, que tiene una conexión absoluta con ETA. Y el que lo niegue, está mintiendo a la sociedad.

¿Cómo recibió la noticia?

Me llamó la directora de atención a las víctimas del terrorismo, Montse Torija. Es la práctica habitual. Es una buena persona, aunque yo no podría estar en su puesto, teniendo que aguantar todas estas ignominias y dando la cara cuando no la da el ministro de Interior.

¿Ha contactado con el Ministerio a raíz del acercamiento?

Con el ministro lo he intentado un par de veces pero ha rehusado por motivos de agenda. Sí he hablado con el secretario general de Instituciones Penitenciarias (Ángel Luis Ortiz), al que le aporté pruebas contra el asesino de mi padre que podrían ayudar a esclarecer aún más el caso. Lo hice para que lo tuvieran en cuenta de cara a la evolución de grado.

¿Qué pruebas?

Es una «kantada» -ETA se refería de esta forma a las «meteduras de pata» de sus miembros- de Igor Solana donde dice que fue «Txapote» quien les dirigió en el asesinato de mi padre.

¿Qué le respondieron desde Instituciones Penitenciarias?

La verdad es que se quedaron muy sorprendidos, porque me dijeron que nunca nadie había hecho eso.

¿Le dijeron por qué se cambió de parecer sobre el acercamiento de Solana?

No, nada. Lo que normalmente se suele hacer es una evaluación del cumplimiento de la condena, y hasta las tres cuartas partes habitualmente no se hacen traslados de presos con delitos de asesinato a sus espaldas. Evidentemente, ha cambiado la política penitenciaria. Bildu estará encantado.

Dice que lo que ha cambiado en este tiempo es el acuerdo en los Presupuestos estatales. Pero en el texto de ese pacto no se hace mención alguna a la política penitenciaria.

Como todo en la vida, hechos son amores y no buenas razones. En solo dos años, Marlaska ha superado todas las cifras de los anteriores Gobiernos. ¿Qué es lo que nos viene en los dos años siguientes? Esperamos lo peor. Hay que salir a la calle y triunfar. Lógicamente, ahora es un momento delicado para hacer una gran manifestación, pero casi todos los colectivos de víctimas estamos dispuestos a salir a la calle en cuanto pase la pandemia. Y ahí es cuando este Gobierno «Frankenstein» se enterará de la fuerza que tenemos.

¿Qué significa «triunfar»?

Enseñar a este Gobierno ciego que la sociedad dice «no» a esta política penitenciaria de arrodillarse ante Bildu. Es una demostración de fuerza.

Desde Dignidad y Justicia vienen denunciando que el Ejecutivo ha incumplido «todas las promesas» que les hizo. ¿Cuáles son?

En 2018, pocos días después de tomar posesión del cargo, el ministro, delante de todas las asociaciones de víctimas, prometió que no acercaría ni beneficiaría a ningún preso de ETA que tuviera delitos de sangre. De eso fuimos testigos todos los colectivos. En otra reunión que tuvimos en febrero cambió de discurso y dijo que cumpliría «con la legalidad». No tiene palabra. Y si dice que miento, se lo va a tener que decir a todos los colectivos de víctimas. A día de hoy ha superado la veintena de asesinos que han sido beneficiados penitenciariamente. Entre ellos el asesino de mi padre, claro.

El Gobierno niega «peajes» por el apoyo de Bildu.

Porque su justificación es que cumple con la legalidad, algo que ya se da por hecho. El tema es que dice una cosa y hace otra. Nos ha mentido, que lo diga. Quedan cerca de 400 asesinatos de ETA sin resolver. Que al menos los etarras que sean acercados ayuden a esclarecerlos, no puede ser que se les beneficie de manera gratuita.

¿No es suficiente el fin de ETA para acabar con la política de dispersión?

Una cosa es que ETA no mate y otra que todo lo que ha matado no tenga Justicia. Parece mentira que Marlaska, siendo juez, no se preocupe por esclarecer los asesinatos sin resolver. El tiempo pasa, y las víctimas vamos a contrarreloj. En cuatro años han prescrito 15 asesinatos. No puede ser que se cierre este episodio con la mitad de muertes sin resolverse. Es lo que no comprende este Gobierno. Los presos de ETA tienen que tener todos los derechos penitenciarios, pero cargan con el hecho de que forman parte de una organización que ha asesinado a muchísimas personas. Y ellos saben quién lo hizo. Si a los autores materiales no se les puede juzgar por estar prescrito el delito, quizá a los jefes que lo ordenaron sí se les pueda juzgar.