Page alerta sobre la negociación de las competencias de inmigración con Junts a los que tilda de «extrema derecha» y «xenófobos»

«Hay que negociar, pero no a costa de lo que somos, el PSOE es socialdemócrata y constitucionalista», ha reivindicado Page. «La inmigración es una concesión doblemente grave», ha explicado, «porque es una cuestión exclusiva del Estado, en primer lugar». En ese sentido, el presidente regional se ha preguntado sobre qué será lo próximo que pida el prófugo, «¿una cuota de embajadores, quizá?».

«Hay que tener mucho cuidado porque todos hemos jurado acatar y hacer acatar la Constitución», ha insistido Page, a la vez que recordaba que las comunidades autónomas son parte de «España, que es un único país, una sola nacional, aunque con una enorme pluralidad».

Ahí el dirigente socalista se ha mostrado tajante al asegurar que no se puede permitir que España cree 17 países dentro porque es de «una lógica irracional» y «una barbaridad». Del mismo modo, ha rechazado «crear fronteras dentro del país».

Ha aprovechado ahí para volver a cargar tintas sobre el debate autonómico al asegurar que la riqueza no sea de las regiones, sino del conjunto: «Eso es inventarse otro país, la riqueza es del conjunto y lo contrario no tiene sentido ni es posible técnica ni económicamente».

Después, el líder castellano manchego ha asegurado que le «encantaría» que «el muro que algunos han exhibido contra la ultraderecha, también se hiciera contra el partido más de extrema derecha que tenemos, además de Vox, que es Junts, que tiene posiciones casi xenófobas». Y ha recordado cuando desde el PSOE se tildaba de «xenófobo» al presidente Quim Torra: «Son del mismo partido».

García-Page ha incidido en la cuestión de que Junts ya no gobierna Cataluña porque al votar a Illa «en masa», según él, los catalanes «han decidido aburrirse, porque él ha dicho: vamos a dejarnos de tonterías e histerias y vamos a ocuparnos de lo importante, de resolver problemas».

El líder socialista no ha cedido en sus críticas a Pedro Sánchez. En primer lugar, ha asegurado que si la propuesta de financiación «la hubiera pedido Madrid sería muy criticable».

Quizá, la acusación más dura, más allá de las calificaciones a los neoconvergentes, ha sido la que ha vertido contra el presidente del Gobierno cuando ha asegurado que Pedro Sánchez «toma decisiones reaccionarias por imposición de Puigdemont».

«Ahora pensamos que hablar con Puigdemont es de izquierdas porque lo hace Sánchez, pero no, puede ser reaccionario», ha afirmado y ha ejemplificado con el caso de «cómo se ha distribuido el impuesto ala banca, de una manera claramente reaccionaria, porque ese dinero acaba en las comunidades con más renta como Cataluña».