La moción también divide al Gobierno: Podemos no quiere que Sánchez participe

Un planteamiento que de facto dejaría fuera del debate al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su condición de hombre, y que de paso permitiría colar de rondón a la ministra de Igualdad, Irene Montero. A pesar de que fuentes de la dirección del partido morado pusieron especial cuidado en matizar que si Sánchez participa o no será decisión del propio jefe del Ejecutivo, como también expresó en declaraciones a los medios en el Congreso la propia Belarra, quien remarcó que la decisión de si interviene «es única y exclusivamente del presidente».

A menos de una semana de ese pleno extraordinario -en el que Santiago Abascal defenderá como líder de su formación las razones que le llevaron a presentar la moción y a proponer como candidato al exdirigente del Partido Comunista de España (PCE)- el Gobierno todavía no ha revelado cuál será su estrategia.

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No obstante, queda claro que el planteamiento que hizo ayer el socio minoritario de la coalición no gustó en las filas socialistas ni tampoco en el entorno de la vicepresidenta segunda, lo que supone un nuevo pulso en el seno de la coalición y, como ya es casi marca de la casa, a tres bandas: PSOE, Podemos y Yolanda Díaz. En el mismo pasillo del Congreso y ante los mismos micrófonos, el ministro de la Presidencia, el socialista Félix Bolaños, se limitó a calificar de «legítima» la propuesta del socio minoritario, aunque evitó tanto respaldarla expresamente como incluso valorarla.

La iniciativa llevaría a que la vicepresidenta segunda del Gobierno y las ministras Irene Montero e Ione Belarra subieran a la tribuna de oradores, algo a lo que animan también a las ministras socialistas, entre ellas las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera.

«Son las mujeres quienes le van a parar los pies a la ultraderecha», explicaron fuentes de Podemos, quienes señalan también que con esta propuesta a los socialistas buscan «proteger al presidente Sánchez de una moción 'fake', sin opciones de prosperar y que sólo se entiende en el contexto de la batalla que PP y Vox mantienen por liderar los ataques a los avances sociales y feministas del Gobierno de coalición».

Fuentes de la parte socialista de la coalición descartan totalmente que sean muchos los miembros del Gabinete que participen y citan para ello el precedente de la primera moción de censura de la democracia, la que protagonizó en 1980 contra Adolfo Suárez el entonces secretario general del PSOE, Felipe González, quien fue replicado en el hemiciclo por un sinfín de ministros de la UCD. «Eso no va a ocurrir», zanjan esas fuentes, dejando así con bastantes pocas posibilidades de convertirse en realidad la propuesta de Podemos.

Desde el equipo de la vicepresidenta Díaz detallan que en el momento en el que Podemos comunicó el planteamiento lo desconocían. Y la respuesta fue que no iban a comentarlo. También ayer, durante la rueda de prensa posterior a la cumbre hispano-portuguesa, en Lanzarote, con la vicepresidenta segunda sentada en primera fila, el propio Sánchez evitó opinar sobre el asunto y se limitó a pedir discreción para «no desvelar la estrategia del Gobierno» de cara al debate con Tamames. Aunque sí aprovechó para agradecer el «buen tono» del candidato Tamames con él.

El reglamento permite que en el debate intervenga cualquier miembro del Ejecutivo, sin límite de tiempo ni de réplicas. Una de las principales incógnitas es qué papel tendrá en el pleno que comienza el martes de la semana que viene Yolanda Díaz, que es de facto la líder de la coalición de Podemos, Izquierda Unida y En Comú (la confluencia catalana) en el Congreso y en el Gobierno. En el equipo de la vicepresidenta aseguran que todavía no está decidido si le dará la réplica a Tamames, si bien el presidente del Gobierno abrió la puerta a su participación en calidad de líder de la otra mitad del Ejecutivo.

El ex vicepresidente segundo Pablo Iglesias, su antecesor, sí intervino en la misma iniciativa que presentó Vox contra el presidente Pedro Sánchez en octubre de 2020. En aquel momento su condición de varón no impidió que su grupo creyese que era el más idóneo para dar la respuesta a Abascal, quien fue entonces el candidato.

Sánchez aceptó la participación de Iglesias en calidad de líder de la otra parte del Gobierno de coalición. A nadie se le escapó, y mucho menos al PSOE, que aquella intervención del entonces líder morado fue una decisión estratégica de Unidas Podemos (UP) para remarcar perfil propio y feminista para hacer frente -explicaron desde la dirección del partido- «a las posturas machistas y negacionistas de la violencia machista de Vox». Lo mismo que ahora, pero con la diferencia de que se plantea que la respuesta a Vox sea únicamente con rostro femenino.

Podemos explica que se centrarán en atacar a Vox y esperan la moción como el escenario perfecto para enarbolar la bandera feminista contra «la derecha y la extrema derecha» después de que PP y PSOE votaran juntos a favor de reformar la ley del 'solo sí es sí' de la ministra de Igualdad. Una de las fisuras más serias de toda la legislatura en el Gobierno de coalición que podría así tener su cuota de protagonismo en el debate, una vez que Irene Montero se encaramase a la tribuna sin ningún límite temporal para dirigirse a la Cámara Baja.

Podemos quiere que la titular de Igualdad intervenga porque supondría un refuerzo mayor de su perfil después de la manifestación del 8-M, en la que el movimiento feminista apareció más fragmentado que nunca en los últimos años. Y porque cada vez su figura gana más fuerza como eventual candidata de Podemos a las elecciones generales de final de año, haya finalmente acuerdo con la plataforma Sumar de Yolanda Díaz o no.

En cualquier caso, en La Moncloa se prepara con mimo el debate, al que como también confirmó Sánchez en su rueda de prensa en Lanzarote junto a su homólogo luso y correligionario, Antonio Costa, el Ejecutivo que se sentará en la bancada azul será el mismo que el de ahora, dado que las salidas prevista de las ministras de Sanidad e Industria, Carolina Darias y Reyes Maroto, candidatas del PSOE a las alcaldías de Las Palmas y Madrid, se producirán, dijo, «después de la moción de censura».

Desde el primer momento, el equipo más próximo a Sánchez trasladó que se tomarían la moción «en serio». Más aún, argumentan, cuando el actual inquilino de La Moncloa es el único que llegó a su puesto precisamente recurriendo a ese mecanismo constitucional, con el que derrocó a su antecesor, Mariano Rajoy, algo de lo que el próximo mes de junio se cumplirá un lustro.