Mesas electorales: sólo 1,2 euros por persona para comprar botellas de agua

Los ayuntamientos serán los que tendrán que encargarse de proveerlas pero solo contarán con una subvención de 1,2 euros por cada miembro de la mesa para todo el día.

Así se recoge en el oficio que está remitiendo el Gobierno a los ayuntamientos –al que ha tenido acceso ABC–, y en el que se advierte que la Administración Central no sufragará mayor importe aunque los consistorios terminen gastando por encima de la subvención prevista.

«El importe máximo a abonar a cada ayuntamiento, no podrá ser superior al resultado de multiplicar el número de mesas por tres euros con sesenta céntimos (3,6 euros)», señala el oficio. Cada mesa está compuesta por tres ciudadanos: el presidente y dos vocales, por lo que la partida prevista asciende a 216.000 euros, equivalentes a 1,2 euros por persona.

Esos 1,2 euros por persona para la jornada es idéntico para todos los ayuntamientos, por lo que la subvención no se adapta a las diferentes condiciones climáticas.

Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología, el domingo pueden existir hasta nueve grados de diferencia entre territorios, alcanzándose los 40 en varias provincias.

Por ello, la partida prevista podría no ser suficiente en algunas regiones, aunque el oficio del Gobierno señala que la partida aprobada pretende «garantizar que los miembros de las mesas de todos los ayuntamientos dispongan de los elementos necesarios para afrontar la jornada electoral adecuadamente».

De hecho, la subvención recogida en el oficio es menos de la mitad de lo que el Gobierno había anticipado al menos a algunos ayuntamientos.

«Me mandaron un correo electrónico de que nos van a dar/reembolsar hasta 10 euros por mesa», señala el secretario interventor del Ayuntamiento Villamayor de Calatrava (Ciudad Real), con solo una mesa de votación para todo el pueblo y 620 habitantes.

El oficio al que ha tenido acceso este diario aparece firmado electrónicamente este miércoles por la mañana, por lo que no ha sido hasta entonces cuando los ayuntamientos han empezado a conocer a cuánto ascenderá finalmente la ayuda del Estado para el agua.

En una gran superficie, el litro de agua embotellada cuesta menos de medio euro si se adquiere en botellas de gran tamaño. Pero este tipo de establecimientos se concentran en grandes núcleos urbanos y demasiadas veces a mucha distancia de pueblos de pequeño tamaño.

Por ello, la opción que maneja el alcalde de Villamayor de Calatrava, José Antonio Calleja (PP), y muchos otros de consistorios pequeños es ir comprando botellas en el bar o tienda de la propia localidad para asegurarse que estén frías, según vayan siendo necesarias. En estos casos los 1,2 euros por persona darán probablemente para solo una botella en una jornada de al menos doce horas.

Una vez bebida, si hubiera ayuntamientos que no decidieran asumir el coste extra de adquirir más botellas, los miembros de la mesa tienen la opción de rellenar el envase con agua del grifo, aunque no pueden levantarse cuando hay ciudadanos que desean votar, y deben aprovechar los pocos huecos que suele haber sin asistencia.

Para poder cobrar la subvención, los ayuntamientos deberán enviar a las subdelegaciones del Gobierno de cada provincia un oficio con la factura antes del 4 de agosto.

La jornada del domingo se presenta con calor asfixiante en la mayor parte de España. En total, son 180.000 los ciudadanos llamados a conformar las 60.000 mesas electorales que se repartirán este domingo. Además, 360.000 suplentes tendrán que presentarse a primera hora de la jornada.

Y es que, a falta de tres días para las generales, la Aemet ya ha pronosticado el tiempo con el que votarán los españoles: tiempo estable, cielos poco nubosos y sin lluvias prácticamente en todo el país a excepción de la vertiente cantábrica o en zonas de montañas del interior oriental. En palabras de su portavoz, Rubén del Campo: «Será un día típico de verano».

«Aunque estamos en canícula», apunta el experto climático de Meteored, Samuel Biener. Es decir, en el periodo más cálido y seco del año que se da entre mediados de julio y agosto, alcanzando su pico máximo entre los días 27 y 1 esos meses.

El 23 de julio, día de las elecciones, está muy próximo. A ello debe sumarse la ola de calor que asoló nuestro país hasta ayer mismo y que comienza a remitir, dando paso a unas temperaturas que se irán moderando en los próximos días, aunque la Aemet mantiene la alerta hasta mañana.

«Parece que las temperaturas extremas del Sureste y de Málaga se van a normalizar, pero no significa que vaya a hacer fresco ni mucho menos», señala Biener. Además, el domingo volverán «nuevas masas de aire cálido».

En cuanto a las temperaturas, Biener señala que, de cumplirse las previsiones, «superaremos los 40 grados en zonas del Guadalquivir, Granada y el Valle del Ebro, siendo Zaragoza la capital de provincia donde se va a registrar la temperatura más alta del país con hasta 42 grados de máxima».

El mercurio también tendrá su récord en toda Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid y provincias como Murcia, Badajoz o Teruel. De igual modo, ascenderán las mínimas.

«Se habla mucho del calor que hace durante el día, pero poco del de por las noches. En el Sur y la vertiente mediterránea llevan una semana sin bajar de los 25 grados», comenta este experto climático.

Lo mismo ocurre a primera hora de la mañana, con la apertura de los colegios electorales en toda España. Barcelona, Madrid, Málaga, Murcia o Palma comenzarán la jornada rozando esta temperatura. Valencia incluso la superará. Aun así, «lo más aconsejable es ir a votar a primera hora».

Las única zona que se mantendrán al margen de este episodio de calor, será la vertiente cantábrica con un «ambiente más agradable», señala. «En León, Burgos o Palencia, durante la mañana, podría bajar hasta los 13 grados por lo que haría falta una chaqueta».

No debe olvidarse que el año pasado, por estas fechas, España estaba inmersa en una de las peores olas de calor de su historia en cuanto a duración (del 9 al 26 de julio de 2022) e intensidad.

Registrado como el mes más cálido en nuestro país desde 1961, los termómetros llegaron a marcar 46 grados en Sevilla. Lo mismo ocurrió el 23 de julio pero del 2015. El mercurio se mantuvo en todo lo alto jornada tras jornada. Una ola de calor que mantuvo abrasada a España durante 26 días.

Con este contexto, no estará de más que los miembros de las mesas y los profesionales implicados en el desarrollo del 23-J salgan de casa con una botella de agua.