Galicia, un refugio ante las altas temperaturas del verano
El territorio gallego no ha sufrido ninguna de las tres olas de calor que han recorrido la Península Ibérico desde que dio comienzo el periodo estival
Galicia, al margen de las olas de calor, lidera el turismo nacional
JACOBO LEÓN
Santiago
Galicia es una de las pocas regiones que ha logrado sortear las olas de calor que han acompañado a España durante el primer mes del verano. La última de ellas disparó los termómetros por encima de los 40 grados esta misma semana en ... gran parte del país, lo que situó a doce comunidades autónomas y 30 provincias en alerta meteorológica tras la entrada de una masa de aire muy cálido y seco. Un fenómeno que el territorio gallego pudo esquivar: la temperatura máxima solo superó los 30 grados en Orense, mientras que osciló entre los 24 y los 29 grados en las otras tres provincias. Por su parte, las temperaturas mínimas cayeron hasta los 10 grados en zonas de Lugo, una cifra muy inferior a las registradas en las regiones afectadas por la ola de calor, como es el caso de Jaén y Sevilla, donde se alzaron hasta rozar los 30 grados. El viento nordés, habitual en el verano gallego, la presencia de varias borrascas en el Atlántico y las precipitaciones que han tenido lugar de manera intermitente han propiciado este clima más favorable.
A principios del pasado mes de junio, la AEMET ya había pronosticado este escenario. Después de poner fin a una de las primaveras más cálidas de los últimos 60 años, la agencia estatal meteorológica adelantó un verano también más cálido de lo habitual. Entonces, el delegado autonómico de la AEMET, Francisco Infante, compartió que los meses de junio, julio y agosto «también serán más húmedos», con un mayor número de precipitaciones, algunas de ellas «de carácter tormentoso», principalmente en la zona sur de Galicia. Desde Meteogalicia han confirmado a ABC esta predicción, si bien es cierto que «las primeras semanas de julio» han sido «bastante indicativas del verano típico» de la comunidad gallega. En todo caso, inciden en que junio sí fue un mes «muy cálido».
Los técnicos de la Unidad de Observación y Predicción Meteorológica de Galicia vaticinan que las próximas dos semanas mantendrán esta tendencia previa. La región vivirá «situaciones cambiantes» en las que predominarán los anticiclones, pero con «la llegada de inestabilidad en momentos puntuales» acompañada de nuevas precipitaciones. De este modo, la llegada de una ola de calor a Galicia está, de momento, descartada, librándose así de un tórrido escenario que volverá a pronunciarse este domingo, coincidiendo con las elecciones generales del 23J.
Este año, Galicia afronta el verano sin riesgos de sequía. No obstante, desde Meteogalicia alertan que el grado de ocupación actual de los embalses de Cecebre y de Baiona «aconseja el seguimiento de la situación», así como «la adopción de medidas de ahorro de agua por parte de los concellos».
Destino turístico privilegiado
El aumento de las temperaturas en el sur de España —y en prácticamente de toda Europa— amenaza con provocar cambios notables y duraderos en los hábitos turísticos de los viajeros, quienes empiezan a optar por destinos más frescos o por desplazar sus vacaciones hacia fechas de primavera y otoño. Así lo recoge la Comisión Europea de Viajes, que ha detectado una disminución del 10 por ciento respecto al 2022 en la cantidad de personas que tienen el Mediterráneo como su destino vacacional predilecto. Esta zona ha sido, precisamente, una de las más azotadas por las olas de calor procedentes del continente africano.
Es este escenario térmico, intensificado por las sequías y los incendios forestales, lo que ha disparado a Galicia como el principal reclamo para el turismo nacional. De hecho, diversas plataformas de viajes coinciden en que el territorio gallego emerge como el favorito para los viajeros durante este verano, convencidos por su riqueza natural, sus numerosas playas y sus benévolas temperaturas en comparación con el resto de la península.
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Entre los destinos más demandados se encuentran Santiago de Compostela y Pontevedra, especialmente la zona de Vigo y de las Rías Baixas, donde se roza el lleno absoluto. Ese es el caso de las Islas Cíes, que ha llenado su cupo de visitantes durante el próximo mes. Por su parte, la celebración de la fiestas por el Apóstol situará la ocupación hostelera de la capital gallega en torno al 80%, un dato «que mejorará con las reservas de última hora», remarca Thor Rodríguez, presidente de la Asociación Hostelería Compostela.
Además, la gran riqueza y variedad paisajística de la que goza Galicia ha convertido a la comunidad en una parada obligatoria para los campistas y los amantes del turismo rural. Una opción turística capaz de satisfacer tanto a aquellos viajeros más tradicionales en lo que respecta al disfrute de la naturaleza, como al sector que busca una oferta más amplia de comodidades y servicios alrededor del glamping, que cuenta con cada vez más adeptos.
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