El último brindis de la cervecera 'craft' La Virgen

Primero fue una microfábrica en la que de la afición se pasó a una producción de 500 litros al mes. Como se les quedó pequeña, se trasladaron a un espacio más grande en Európolis, el gran polígono industrial de Las Rozas. Y allí unieron a la fabricación una barra de degustación, a la que pronto se añadieron cocinas para poder disfrutar de paso de algunos platos sencillos, como hamburguesas o perritos calientes.

El lugar fue un éxito desde sus inicios y estaba habitualmente lleno. Sólo tenía un problema. Según fuentes del Ayuntamiento de Las Rozas, no había licencia para la venta de comida y bebida en el lugar, porque aquello es una zona industrial y el permiso era únicamente para la fábrica de cerveza.

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Comenzó entonces un largo litigio legal que se ha ido demorando en el tiempo. Y que se mantuvo incluso cuando, en 2017, la fábrica La Virgen fue vendida al gigante cervecero mundial, el belga Ab InBev, que gestiona marcas como Budweiser, Stella Artois o Corona. El nuevo propietario volvió a solicitar las licencias para la zona de degustación de la fábrica.

El pasado diciembre, el trámite municipal finiquitó sin que la cervecera lograra obtener el deseado permiso: el ayuntamiento notificó el cierre de la instalación en el polígono Európolis. Lo anunciaba la cervecera en su página web, expresando de paso su deseo de que ese «problema de permisos de actividad» fuera «una decisión temporal».

No ha sido así, y tres meses después, el pasado lunes, la empresa anunciaba el cese total de su actividad, el cierre de sus establecimientos y el despido de sus 78 trabajadores, un proceso aún en marcha y que debe acordar con los representantes sindicales. En su comunicado de despedida señalaban que se han «enfrentado a una situación compleja en materia de obtención de permisos para la ubicación insignia de la empresa en Las Rozas», algo que «en combinación con la difícil situación financiera existente, ha llevado a Cervezas La Virgen a tomar esta difícil decisión».

Realmente, sus cuentas no eran boyantes: los resultados del ejercicio 2022 apuntaban pérdidas por encima de los 3 millones de euros. Y G Modelo Europa S.A.U., que fue la firma que compró el cien por cien de las acciones de La Virgen, tuvo que realizar aportaciones a los fondos propios de la sociedad cervecera en varias ocasiones desde 2017, cuando se incorporó al proyecto, y por varios millones de euros, para restituir el equilibrio patrimonial. La empresa acumulaba en los últimos ejercicios unas pérdidas fiscales —la situación en la que una empresa tiene más gastos que ingresos en un determinado período fiscal, lo que resulta en un saldo negativo— de las cuales quedaban pendientes de compensar 17,1 millones de euros.

Una auditoría reciente de la consultora PWC —relativa a las cuentas del año 2022— hacía hincapié en que «la sociedad ha venido incurriendo en pérdidas en los últimos ejercicios, que sitúan los fondos propios en un importe negativo».

En el Ayuntamiento de Las Rozas aseguran que les advirtieron desde el principio de que su licencia no cubría estas actividades alternativas, sino únicamente la fabricación de cerveza. Y aunque el proceso se demoró mucho, no llevó a parte distinta de la que ya se conocía: el cierre del espacio. «Podían haber continuado con la fábrica», recordaban en el consistorio, dado que esta sí tenía licencia en regla. Pero los tiempos de mezclar malta de cebada, lúpulo, levadura y agua se han terminado para La Virgen.

Las dificultades económicas se han unido a otras circunstancias que también han influido en su clausura: una conocida gran superficie que distribuía esta cerveza dejó de hacerlo en 2022, lo que supuso un golpe importante para las cifras de ventas del negocio cervecero. Y la espiral de la inflación ha supuesto más piedras en el camino de esta y otras firmas cerveceras, que se han visto resentidas por la situación.