Cinco imprescindibles para tapear en Madrid

Los Caracoles

Los Caracoles es uno de los imprescindibles de la capital, tanto por su historia como por su producto estrella, evidente al atender a su nombre. Ubicado en el viejo Madrid, en la calle Toledo, su reputación se reconoce cualquier sábado o domingo, abarrotado a la hora del aperitivo. Tal es su tradición en la capital que en las fiestas de La Paloma, en agosto, es habitual que algunos concejales del Ayuntamiento se acerquen a su barra para degustar una ración de caracoles con una buena caña de barril.

El Doble

Con seguridad y sin miedo a equivocarnos, podemos afirmar que en El Doble se sirve la mejor cerveza de Madrid . De grifo, al estilo tradicional, con sistema antiguo, cremosa, sin artificios. Cuenta con dos locales en la calle Ponzano, uno en la confluencia con José Abascal y otro cerca de Ríos Rosas. Además, ofrece una exquisita selección de conservas y marisco , todo de primer nivel; como sus dobles.

La Castela

La Castela, a un paso del Retiro, es otro clásico entre los clásicos de Madrid. Ubicada en la calle del Doctor Castelo, 22, ocupa el local en el que antaño estaba la Bodega de Méntrida, fundada en 1929. Su mayor activo es su estilo clásico : barra de estaño, mármoles, y la mejor cerveza y vermú con serpentín enfriado a la «vieja usanza», como ellos presumen. Cómo no, un producto de tapeo sensacional.

Si te dejas caer por La Castela, no puedes dejar de probar el revuelto de habas con morcilla o los pimientos del piquillo rellenos de chipirones . Son solo un apunte, pero la carta es extensa y con la calidad como eje central.

La Catapa

La Catapa está considerada como la mejor barra de tapas de Madrid en 2015 , según el crítico gastronómico de ABC, Carlos Maribona. También se ubica en el barrio de Retiro, en su caso en la calle Menorca, 14. Como el resto de locales, se caracteriza por un excelente trato del producto , siempre con estilo tradicional.

Ofrece tanto la posibilidad del clásico tapeo informal como una comida con mesa y mantel. Entre su carta destacan las croquetas de patata y trufa o las mollejas con boletus. No obstante, lo mejor es acercarse y zambullirse en el sabor de su carta.

Freiduría Gallinejas

«Plato típico de Madrid» , adelanta un letrero en la puerta del local. Sin duda, es la mejor carta de presentación, aunque saben que el producto que los caracteriza es algo «contradictorio». Las gallinejas, tapa castiza donde las haya, son elaboradas en su propia grasa después de un cuidado proceso; también ofrecen entresijos o mollejas , ideales acompañadas por una caña de cerveza o una copa de vino. «Comida tradicional y contradictoria; para unos un disgusto y para otros una sabrosa delicia», añaden. Lo mejor, como en el resto, es que juzgues tú mismo.