Tomatito: «Jamás habría sido guitarra solista si Camarón siguiese vivo»

Tomatito no sabía que era tradición del Festival de Jazz que las estrellas del cartel invitaran a un artista flamenco a interpretar un tema juntos. «Yo no había escuchado 'Spain' en mi vida y ni siquiera sabía de quién era. Mi primera reacción fue… ¡uf! Pero me subí. Como no sabía tocarlo ni habíamos ensayado, puse la mano tapando las cuerdas y empecé a golpearlas como si fuera una batería o yo qué sé. En cuanto bajé del escenario, Paco de Lucía me dijo que había tocado muy mal, por decirlo de una manera suave».

—¿Cuál fue la frase exacta?

—No, no, no… no te la puedo decir. El caso es que se hinchó a reír y no paraba de preguntarme: «¿Pero qué has hecho? ¡Si no he escuchado nada! Qué gracia».

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Al día siguiente, ABC calificó aquella colaboración de «no demasiado brillante». Michel Camilo también estaba allí como pianista de Paquito D'Rivera, aunque nadie los presentó. Fue su debut en España y, según contó a este diario en su última visita a España, recordaba perfectamente aquel episodio del que sería su futuro compañero de aventuras: «Es curioso que lo viera aquel día. Estaba claro que Tomatito no se sabía el tema y lo pasó fatal. Tocó con la guitarra como apagada y se le quedó un trauma. Cuando surgió la oportunidad de colaborar en 1998, me recordó la historia y le dije: 'Venga, vamos a sacarte esa espina'».

El Festival Internacional de Jazz de Barcelona fue quien formalizó la invitación a los dos músicos para que compartieran escenario en el Palau de la Música. Interpretaron dos temas que aparecerían posteriormente en su primer y celebrado disco conjunto, 'Spain' (Lola Records, 2000), que incluía el tema homónimo de Chick Corea y el clásico mexicano de Consuelito Velázquez 'Bésame mucho'. «Recuerdo perfectamente que el Palau se vino abajo y pensé: '¡Hostias, como le gusta a la gente esta unión!'. Hasta ese momento no era consciente de que el piano y la guitarra flamenca pudieran casar tan bien, con el piano tan poderoso y la guitarra… 'pobretica'. Pero me lo pasé muy bien», relata Tomatito sobre aquel primer encuentro, que repetirán el 9 de noviembre, en el Centro Cultural de la Villa, dentro del Jazzmadrid, después de cinco años y una pandemia sin pasar por la capital.

«Es increíble lo que conseguimos con ese álbum. Recorrimos el mundo entero varias veces y vendimos 600.000 o 700.000 copias», subraya el guitarrista, que reconoce que se quedó musicalmente huérfano tras la prematura muerte de Camarón en 1942, con quien formó una de las parejas más importantes de la historia del flamenco. Pasó un tiempo hasta que el productor Pino Sagliocco le animó a iniciar su carrera en solitario. Primero se aferró a la tradición y tocó por tarantos, bulerías, tangos y soleás. Luego buscó nuevos ritmos hasta convertirse en un referente y giró por todo el mundo, desde Estambul a Moscú y desde Nueva York a Tokio, compartiendo escenario con figuras como Frank Sinatra, Elton John o George Benson, hasta que Camilo apareció en su vida.

No se imaginaba entonces que acabaría grabando una trilogía cercana al jazz con el dominicano, que ganaría sus dos primeros premios Grammy y que formaría uno de los dúos más originales, revolucionarios y creativos de las últimas décadas. Asegura Tomatito que a Michel Camilo le costó «muy poco» entrar en el flamenco: «Es un listorro, como digo yo. Si tenía que pasarse días aprendiéndose una bulería, lo hacía. Estudia tanto que, cuando nos reencontramos, siempre trae la lección aprendida. En Madrid, de hecho, nos veremos por primera vez en el concierto y subiremos al escenario del tirón. Y eso que tocaremos el 'Concierto de Aranjuez'. ¿Tú te crees? Es dificilísimo, sobre todo para mí, que no leo música. ¡Michel va a acabar conmigo! Me tiene aquí todos los días enganchado a la guitarra para recordar cómo se tocaba».

—Si Camarón siguiera vivo hoy con 72 años, ¿habría ocurrido todo esto?

—Jamás habría tocado con Michel. Yo solo quería tocar para Camarón. Si estuviera aquí, no habría sido solista ni compartido escenario con nadie más. Todo eso lo hice por aquella desgracia que ocurrió hace ahora 30 años. Es más, si Camarón viviera, creo que Michel tampoco me habría llamado… ¡Habría sido absurdo! No me habría aprendido ningún tema, no me hacía falta. Yo estaba muy contento con Camarón… no me hacía falta nada más.