El poblado de chabolas de la M-30 que enterrará el cubrimiento de Ventas
El Ayuntamiento de Madrid realizará, antes del inicio de las obras, una «intervención personalizada» en el asentamiento en el que residen más de una quincena de personas
Parque Ventas: una plataforma verde sobre la M-30 para unir Salamanca y Ciudad Lineal
Ferdi y Cosmin, frente a las chabolas de la M-30 en las que residen
Mientras la lluvia cae con fuerza sobre los techos de plástico, madera, uralita o cualquier material que consiga cubrirles las cabezas, Ferdi y Cosmin se resguardan en el interior de sus chabolas. Cuando el tiempo no acompaña, no pueden ir a trabajar: «La policía nos ... dice que es peligroso que estemos en el semáforo. No podremos conseguir dinero para comprar comida hoy», lamenta uno de ellos. Estos dos ciudadanos rumanos residen a un costado de la M-30, en la ladera situada tras las barreras de sonido que separan el parque de Antonio Pirala del asfalto. Pero esta situación cambiará muy pronto, una vez comiencen las obras de Parque Ventas, el proyecto de Almeida que busca cubrir la circunvalación a la altura de la Quinta de Fuente del Berro.
En los márgenes de varios puntos por los que pasa la M-30 han nacido y crecido y desalojado y vuelto a levantar varios poblados chabolistas. A la altura del puente de Ventas son más de una quincena de personas las que viven a la intemperie desde hace años. Con objetos que encuentran cerca de contenedores y que trasladan en sus carritos hasta su asentamiento, Cosmin y Ferdi –de 26 y 22 años, respectivamente– han conseguido construirse una casa que, según aseguran, soporta el viento y la lluvia. Pero no solo les resguarda en los días más grises, sino que cuando sale el sol, gozan hasta de una terraza al aire libre con dos sofás, una silla y una mesa de madera colocados sobre un trozo de césped artificial y desde donde pueden ver decenas de miles de coches pasar cada día.
Cosmin llegó a Madrid desde Bucarest –donde sus oportunidades laborales eran limitadas– con su mujer hace «3 o 4 meses». Cada mañana dan un paseo hasta los semáforos de la zona, donde esperan hasta que se encienda la luz verde para peatones y aprovechan para moverse entre los vehículos, ofreciéndose a limpiar sus parabrisas a cambio de la calderilla que lleven encima los conductores. «Quiero formar una familia», admite el joven, pero es consciente de que en su situación no es posible. «Cuando pueda vivir en uno como esos», señala, con un cigarro entre los dedos, a los edificios de diez plantas que tiene enfrente, al cruzar la autovía.
La estancia de estos individuos en este margen de la M-30 está llegando a su fin y pronto deberán recoger todas sus pertenencias y despedirse de sus chabolas. Según confirman a ABC desde el Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, antes de que comiencen las obras de Parque Ventas, el consistorio madrileño realizará una «intervención personalizada» con las personas sin hogar que residen en este asentamiento ilegal.
En verano
«¿Vienen ya?», pregunta Ferdi, que asegura no ser consciente de estos trabajos, que darán el pistoletazo de salida el próximo mayo o junio y acabarán en la primavera de 2027. Se trata de la segunda gran obra del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante este mandato. Con el soterramiento de la A-5 ya en marcha, ahora es el turno de la plataforma que cubrirá la M-30 a la altura de la Quinta de Fuente del Berro y que unirá los distritos de Salamanca y Ciudad Lineal.
Gianco posa frente a la casa de madera de la M-30 que él mismo construyó
Este espacio conectará las dos orillas de la carretera de circunvalación a través de ocho pasarelas y contará con zonas peatonales, ajardinadas y estanciales en las que se plantarán 591 nuevos árboles y más de 48.800 arbustos. Además, habrá más de 2.150 metros cuadrados de praderas y se instalarán juegos infantiles, equipamientos de calistenia, una pequeña zona de actuaciones al aire libre con un graderío de poca altura, dos quioscos, fuentes, bancos y papeleras.
«Esta obra continúa el imparable proceso de transformación urbana que estamos realizando en este mandato y en el que hemos invertido más de 2.000 millones de euros: el soterramiento de la A-5, la reforma del nudo norte de la Castellana y este Parque Ventas», destacó el alcalde el pasado miércoles durante la presentación de este proyecto.
Cosmin y Ferdi, que aseguran que no eran conscientes hasta el momento de los trabajos que empezarán en unos meses, quedan desconcertados ante el futuro que les espera. Sin embargo, también se muestran preocupados por si estas obras supongan el corte de las vías y la paralización del paso de vehículos por los semáforos de la zona. «Es lo que nos da de comer», insisten.
Una casa de madera
A pocos metros de este asentamiento, al otro lado de la pasarela Ramón de Aguinaga, una pequeña construcción de madera se esconde entre varios árboles, que en otras estaciones la ocultan entre sus hojas. Sale a recibir a este periódico de su casita de madera Gianco, un rumano de mediana edad que se dedica a vender chatarra en el barrio. Desde hace casi cinco años, según relata, deambula por la zona, recoge lo que encuentra en la calle con los carritos que tiene colocados entre los arbustos.
Casa de madera situada al otro lado de la
Al igual que sus compatriotas, cuenta con un pequeño espacio de descanso a los pies de uno de los árboles que rodean su chabola. Un sillón, un par de sillas y una mesa descansan sobre la hierba y una cuerda atada a dos troncos funciona como una especie de tendedero para colgar la ropa.
«La hice con mis propias manos», asegura este hombre, que calcula que tardó tres semanas en dejarla totalmente lista. Utilizó para ello distintas tablas que iba encontrando durante sus paseos por el barrio de Ventas y con tornillos y un buen martillo logró levantar esta modesta vivienda.
«Vino a dejarme algo la policía hace unos días», asegura, aunque desconoce de qué se trataba esta notificación. Según el proyecto, la calle de Ramón de Aguinaga, que desemboca en la pasarela del mismo nombre, se potenciará como acceso principal al nuevo espacio desde la zona suroeste, lo que se llevará a cabo transformando esta calle en vía de plataforma única y creando unas nuevas escaleras que conectarán directamente con la actual pasarela.
Sin embargo, al estar situada al otro lado de la circunvalación y fuera del perímetro de donde se actuará, es posible que Gianco pueda continuar como hasta ahora y que los vehículos que pasan cada día por la M-30 –1,4 millones, según los datos que maneja el Ayuntamiento de Madrid– puedan seguir contemplando a su paso por Ventas esta casita.
Los vecinos de la zona, que miran con lupa el proyecto que tendrán frente a sus viviendas hasta 2027, ven lagunas a que estas personas sin hogar dejen definitivamente el terreno sobre el que están asentados. «Las pasarelas que se contemplan se deberán apoyar sobre unos pibotes entre los que se quedarán varias zonas muertas y que pueden resultar golosas para que vuelvan a ubicar ahí otras chabolas. Es a lo que da lugar el diseño», explica Alejandro Martín, vecino de Fuente del Berro y portavoz de la plataforma Afectados M-30.
Otro escenario que consideran los residentes de la zona es que acaben trasladándose a otros puntos de los márgenes de esta vía de circunvalación. «Justo donde está la casita de la pasarela Ramón de Aguinaga también se pueden colocar».
La empresa municipal Madrid Calle 30 contabilizaba, en febrero de 2024, 64 asentamientos chabolistas en la M-30, de los cuales una decena no pertenecían a terrenos que son competencia de esta sociedad pública mientras que el resto corresponden a parcelas de otra titularidad. Se realiza un seguimiento de las ocupaciones que se producen en el entorno de esta vía «y se adoptan todas las medidas necesarias para desmantelar estos asentamientos para evitar que se produzcan riesgos, tanto para las personas que se encuentran en dichos espacios como para los usuarios de la vía», según aseguró Paloma García, delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid en la comisión del ramo el año pasado.