Personal contratado, y no los profesores, se ocuparán de los colegios abiertos por vacaciones en Madrid

La medida va a empezar a aplicarse en enero de 2024. Hasta entonces, se inicia un periodo para negociar convenios con los ayuntamientos –que son los competentes en los edificios de los colegios– para llevar adelante esa fórmula, y contratar también a las personas que cuiden a los niños durante esos días y les organicen actividades lúdicas o de refuerzo. Estos profesionales, explicaron fuentes de la Consejería de Educación, no serán nunca los docentes que les imparten las clases durante el curso.

La idea es abrir algunos de los colegios, «según las necesidades». Serán los públicos, porque son éstos los que son propiedad de los ayuntamientos. A ellos podrán acudir los alumnos de cualquier otro centro educativo, independientemente de que sea público, concertado o privado. La Comunidad de Madrid correrá con los gastos de la operación.

La presidenta realizó este anuncio durante su visita a las obras del Instituto de Secundaria Blanca Fernández Ochoa, en Montecarmelo. Según explicó, las mejoras se introducirán durante el próximo curso, y concretamente, a partir de principios del año 2024: podrían aplicarse ya el 2 de enero, de manera que durante esa primera semana del año en que no hay colegio y los niños están en casa, los padres puedan utilizar esa fórmula para poder atenderles y cumplir con sus horarios laborales.

Durante esos días en que los colegios estén abiertos pero no haya actividad lectiva, se programarán todo tipo de actividades formativas, de arte, de idiomas, deportivas o de refuerzo, que «serán gratuitas», aseguran en el Gobierno regional. El plan se aplicará a los alumnos del segundo ciclo de Educación Infantil (de 3 a 6 años) y a los de Primaria (de 6 a 12 años).

Además, también para ayudar a las familias con economías más débiles, la Consejería de Educación, que dirige Enrique Ossorio, va a conceder ayudas que cubran el precio de las actividades extraescolares a los niños que lo necesiten. «Ningún alumno va a dejar de visitar museos, ir al teatro, participar en excursiones o aprender un instrumento por falta de recursos económicos», resumió Díaz Ayuso.

Para ambas medidas, la Comunidad de Madrid calcula que destinará la cantidad de 12 millones de euros, y podrían beneficiar a 200.000 familias.

La necesidad de encontrar soluciones a la descompensación entre las vacaciones laborales de los padres y los periodos sin actividad lectiva de los escolares es una reivindicación clásica de los padres. La medida anunciada ayer por la presidenta madrileña se suma a la que presentó el candidato socialista a la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, seis meses atrás. De hecho, él mismo denunció ayer en redes sociales que Díaz Ayuso le «copia» la iniciativa.

La propuesta de Lobato consistía en abrir los colegios desde las 7 de la mañana a las 19 horas, y desde el 1 de septiembre hasta el 31 de julio, para de esta forma hacer «más fácil la vida a los madrileños todo el año», como recordaba ayer a través de sus redes sociales.

Esta iniciativa la planteó el líder socialista el 13 de septiembre, coincidiendo con el Debate sobre el Estado de la Región en la Asamblea. Pero unos días antes, el debate público sobre el tema ya se había abierto, a raíz de que Cataluña decidiera –en febrero de 2022– adelantar el inicio del curso al 5 de septiembre, y muchas asociaciones de padres y entidades escolares reclamaran en septiembre que el día 1 de ese mes se estableciera la vuelta oficial al cole.

Una iniciativa sobre la que el 7 de septiembre, la presidenta Díaz Ayuso aseguraba que se abría a estudiarla de cara al futuro, tras meditarla y debatirla, dijo entonces, «con toda la comunidad educativa».

La apertura de los colegios en fechas no lectivas se une a las otras novedades que se preparan para el curso próximo, entre ellos la extensión de la reducción de ratios en las aulas madrileñas. La bajada del número máximo de alumnos por clase es una materia en que comenzó a trabajarse en Madrid el pasado septiembre, cuando las ratios del primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil (3 años) pasaron a contar con un tope de 20 alumnos, en lugar de 25 como ocurría hasta ese momento.

La medida se va a ampliar el próximo septiembre al segundo curso de Educación Infantil, pero además –y como novedad–, comenzará también su implantación en la Enseñanza Secundaria, desde su primer curso, que pasará a contar con un máximo de 25 estudiantes por aula, y no de 30 como ahora.

La medida, calculan en la Consejería de Educación, va a beneficiar desde el próximo curso a más de 100.000 alumnos, lo que supone un 12 por ciento del total. Para poder poner en marcha esta medida, y contar con menos alumnos por aula, hacen falta más clases y más profesores. En este sentido, en el curso actual se produjo un incremento de 219 profesores, y se invirtieron más de 1,3 millones de euros en infraestructuras educativas, para adaptar los espacios.

El próximo curso, deberá continuarse por esta línea: la incorporación de docentes será en torno a los 650 docentes, calculan en Educación. Este año, se van a invertir 130 millones de euros para construir un nuevo colegio, cuatro institutos, cinco escuelas infantiles, así como para acometer trabajos de ampliación de otros 23 centros de la red pública.