'Operación Clavel', la oleada de solidaridad que llevó 150 camiones con ayuda de Madrid a Sevilla

Primero llegaron las inundaciones, tras el desbordamiento del arroyo Tamarguillo, un afluente del Guadalquivir, el 25 de noviembre. Fueron tales los daños y tantos los damnificados, que a Manuel Zuasti, director de la emisora Radio España, en Madrid, se le ocurrió poner en marcha una ambiciosa campaña de solidaridad en la que se involucró de inmediato Bobby Deglané, el más popular de los locutores del momento, cuya voz llegaba cada día a miles y miles de personas.

Desde los primeros días de diciembre, el locutor presentaba el programa diario 'Operación Clavel', que comenzaba a las 10 y media de la noche y se prolongaba hasta altas horas de la madrugada. En él se recaudaban donativos para las familias sevillanas que habían resultado damnificadas por la inundación.

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Las emisiones eran muy seguidas, más aún porque desde el primer momento, numerosos famosos se identificaron con la causa y, por voluntad propia o convencidos por Bobby Deglané, fueron aportando su granito de arena al programa, bien con donativos, bien con su presencia. Sara Montiel, Gloria Lasso, miss España, Antonio el Bailarín, y hasta Josephine Baker acudieron a la llamada del periodista y animaron a las donaciones populares.

Perico Chicote, a petición suya, creó el «cocktail de la cordialidad, que se denomina 'cocktail patatas' ¡y envía a Sevilla un camión cargado con cientos de kilos de este tubérculo!», explicaba. La duquesa de Alba, tan sevillana, contribuyó personalmente y con su presencia, y se la pudo ver en la iglesia de La Paloma pidiendo a la Virgen por los hispalenses. Y también contribuyó a la causa una jovencísima Natalia Figueroa.

El alma de la campaña fue, sin duda, Deglané, que puso todo su empeño en la operación. Durante horas, se escuchaban sus animosos mensajes recordando que «llegan a Radio España cien kilos de caramelos, que ofrecen los huérfanos del Colegio de la Diputación Provincial, quienes se han sacrificado privándose voluntariamente del postre de un día».

La campaña tuvo un éxito brutal: se recaudaron más de diez millones de pesetas, todo un dineral para la época. Hubo pequeñas aportaciones y grandes entregas, tanto en mercancías como en dinero contante y sonante. El famoso Pirulo, vendedor de chucherías en el parque de El Retiro, donó 5.000 globos para los niños sevillanos. Muchos artistas se ofrecieron a actuar desinteresadamente, y se proyectaron dos festivales con este fin.

Cada día, la emisora de radio recibía cerca de 3.000 llamadas; contrató a personal especialmente para ello, aunque también había, a determinadas horas, famosos atendiendo las llamadas, en un intento de animar aún más la solidaridad popular. Así, hasta el 17 de diciembre, cuando a medianoche se cerró la última edición del programa.

Con lo recaudado, se fletó un convoy con cerca de 150 camiones y otros tantos vehículos particulares, que salieron de la plaza de Legazpi el 19 de diciembre a las 9 de la mañana, y de otros puntos como la avenida de los Toreros o, en el caso de los coches, de la emisora de Radio España, en la calle Manuel Silvela, 9. Iban cargados de víveres, ropa y juguetes. La duquesa de Alba despidió también a la caravana solidaria, que alivió sin duda a las familias afectadas por el desbordamiento.

Pero como dice el refrán, las desgracias nunca vienen solas, y si aquella historia comenzó con una desgracia, finalizó con otra tragedia. Una avioneta que había despegado del aeródromo de Cuatro Vientos, en Madrid, para acompañar a la caravana, realizó un vuelo rasante para tomar fotografías a la llegada del convoy a Sevilla con tan mala suerte que se enredó durante la maniobra con unos cables de alta tensión y se precipitó contra el público, causando 20 muertos y más de un centenar de heridos.