Una Nochevieja con récord de fiestas, pero con aforo reducido en las campanadas de la Puerta del Sol
600 agentes velarán por la seguridad en el kilómetro cero y el ocio nocturno prevé facturar un 11% más que en 2019
Decenas de personas celebran, este viernes, las preuvas en la Puerta del Sol
El kilómetro cero arrancó ayer la última hoja del calendario. Durante dos breves instantes –a mediodía y a medianoche– en Madrid ya fue 2023 y en la Puerta del Sol se gritó, se brindó y se celebró el nuevo año por adelantado, con uvas ... y champán en la mayoría de los casos y asistentes que se abrazaron como si el reloj hubiese hecho sonar las doce campanadas reales. Nada podía fallar en las preuvas, que sirvieron como ensayo para una Nochevieja que promete recordar a las de antaño, al ser la primera sin restricciones tras los dos años de pandemia.
Pero no será hasta esta noche cuando el 2022 diga adiós de forma definitiva, en una jornada récord para las fiestas y el ocio nocturno (superando incluso las cifras de 2019) que se rodeará de un gran despliegue de seguridad formado por 600 agentes. Ellos velarán –al igual que ya hicieron ayer en las dos preuvas– por que no se produzcan altercados ni incidentes en la Puerta del Sol, donde, con aforo reducido a causa de las obras, se darán cita 7.500 personas –500 más que el año pasado, pero un 60% menos que en 2019– en los primeros minutos del nuevo año.
Acceder a la plaza no será tarea sencilla: habrá que hacerlo con antelación, pasadas las 21 horas. Diez minutos antes, Sol se desalojará de forma completa para que el personal del servicio de limpieza adecente el enclave y los agentes lo inspeccionen con el objetivo de evitar que quede algún objeto que pueda alterar el orden público.
En el entorno se desplegarán 330 policías nacionales y otros 250 municipales –además de Samur-Protección Civil y Bomberos– que controlarán los cuatro accesos habilitados al kilómetro cero: Carrera de San Jerónimo, calle de Alcalá, calle Mayor y Arenal. En todos ellos habrá dos filtros de seguridad para realizar el recuento de los asistentes y el control de pertenencias en el que se comprobará que ningún ciudadano porte objetos considerados peligrosos, como vasos, botellas de cristal, palos o bengalas.
Además, el Servicio de Medios Aéreos vigilará con drones desde las alturas todo el perímetro, y en el suelo, la Brigada Móvil prestará especial atención a carteristas. «Vigilaremos la plaza y los alrededores para que todos los ciudadanos puedan disfrutar de estas fiestas y estemos protegidos desde el subsuelo, por la tierra y también por el aire», dijo ayer una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Movilidad
Las calles del Carmen y Preciados permanecerán habilitadas como pasillos y vías de evacuación que se utilizarán en caso de que emergencia, y las personas con movilidad reducida, junto con un acompañante, podrán acceder por la calle de los Esparteros. Toda el área estará señalizada, además, con una decena de paneles que informarán en tiempo real si el aforo se completa.
El tráfico privado y el transporte público también sufrirán restricciones. La Policía Municipal desviará a los coches y establecerá cortes en la confluencia de Jacinto Benavente con calle de la Cruz, calle Mayor con la plaza del Comandante de las Morenas y Alcalá con Sevilla.
La estación de Metro y Cercanías de la Puerta del Sol permanecerá cerrada desde las 21 horas, aunque se realizará un refuerzo del 30% en el resto de líneas con motivo tanto de la Nochevieja como de la San Silvestre. En las demás paradas, los trenes funcionarán en su horario habitual (hasta la 1.30 horas), pero el 1 de enero la puesta en marcha de los convoyes se retrasará hasta las 7.
A las doce de la noche, como marca la tradición, tendrá lugar uno de los momentos más esperados del año. El reloj de la Real Casa de Correos, que este año sopla sus 157 velas, hará sonar el carrillón antes de los cuartos para, finalmente, dar las doce campanadas. Tras ellas, la fachada de la sede del Gobierno regional se iluminará con los colores de la bandera de la Comunidad de Madrid y los de la bandera de España, y podrá verse un espectáculo pirotécnico con efectos volcánicos y estrellas que dará la bienvenida al 2023.
Luego, comenzarán las tan ansiadas fiestas de fin de año, por primera vez sin restricciones tras el coronavirus. Los empresarios del ocio nocturno confían en que sea una cita récord, con más de 870.000 personas en las discotecas y salas de la región. Se superará, prevé la plataforma Noche Madrid, la facturación de 2019 –que ascendió a más de 55 millones de euros, casi 500 en toda España– en un 10,8% gracias a que se recupera uno de los principales reclamos: el cotillón. «250 locales abrirán sus puertas para celebrar las campanadas y dar las uvas», explican desde Noche Madrid, tras realizar una encuesta a los asociados. En una discoteca o en la Puerta del Sol, Madrid recibirá con ganas el 2023 confiando en dejar atrás, por fin, los dos últimos años de pandemia.
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