Madrid, de la 'tardebuena' a la 'tardevieja'. «Se nos ha ido de las manos»
Añaden algunos hosteleros que, pese a que fue en parte iniciativa suya, «hay quien viene hasta con mesas plegables»
Uno de los epicentros de estas celebraciones navideñas
Salamanca tiene su Nochevieja universitaria con sus uvas, sus tunas y sus tunantes. Y después media Castilla y León amanecida de resaca en las estaciones de provincias con el sombrerito de la marca que patrocine o esté más que presente en el evento de ... su Plaza Mayor charra. En la Comunidad de Madrid también existen tradiciones no bendecidas por lo consuetudinario, o quizá sí, pero que para sus protagonistas no van más de tres años atrás. Se trata, claro, de la ´tardebuena' y de su secuela, la 'tardevieja', que es el 'tardeo' con excusa, excusa navideña, pero que se ha hecho toda la vida. Antes de dar voz a unos y a otros, expliquemos este fenómeno de la juventud, sus lugares dilectos y las consecuencias: algunas positivas.
Por 'tardebuena' o ´tardevieja', el madrileño, y por extensión todo español, entiende ese intervalo entre el aperitivo y el momento de sentarse a cenar con los suyos el 24 ('tardebuena') o el 31 ('tardevieja'). Cierto es que en los pueblos es sagrado ese vermut, esa comida conversada, regada después y ya llegar al compromiso familiar con los ojos vidriosos y el alma guitarrera. Decimos que en localidades como Chinchón o San Martín de Valdeiglesias es una tradición, un rito. Y en la capital se ha convertido en una moda que ha venido para quedarse.
Video. Imágenes grabadas por un vecino del macrobotellón que se hizo durante la Nochebuena
Dicen que el epicentro, al menos del más reciente precedente, el de la 'tardebuena', se convocó por redes. En Marceliano Santamaría y con Casa Puebla como epicentro. Allí, José, lacónico con una fotografía de Butragueño en México, explica que «hombre», que es un día que «no da la recaudación de un partido» pero que «ayuda». Se le pregunta por la recaudación y ahí sí que se cierra en banda (nunca mejor dicho). Lo que sí denuncia José, empleado de Casa Puebla, es la gente que «no consume» y va a esa plaza que da al refulgente Bernabéu con el botellón en una bolsa. Para la tarde del 31 no teme aglomeraciones fiesteras, que es la San Silvestre y todo estará tomado por los 'runners'.
En esto de las 'tardesbuenas' y las 'tardesviejas' pasa como con todo. Sandra, Dámaso y Lucía, de Colmenar Viejo, andan en la mesa de fuera de Casa Puebla y admiten y aplauden la tradición. «¿Verdad que te lo pasaste bien, Paula»? indican con retranca que no hay que explicar. Y Paula ríe. Son familia e insisten en la interiorización de este rito bajo una norma: «a las ocho en casa». Ya como se llegue no lo especifican entre risas.
Enfrente de Casa Puebla está La Pelaya, entre 'chill' y andaluza; María, de la casa, cuenta que las 'tardesbuenas' después de la pandemia son «insoportables», que hay «gente que viene incluso con mesas plegables». Pasa una vecina viendo el percal del debate y añade que «orinan en la calle y todo», aunque, eso sí, Marina, abuela, sí dejaría participar de las tardes prenavideñas a su nieto. María, sin embargo, también hace autocrítica: «Esto lo montamos los bares y se nos ha ido de las manos. No favorece ni al hostelero ni al vecino».
Un poco más adelante, el reportero va con la misma pregunta. «¿'Tardebuena' y 'tardevieja' sí o no?». En El Rincón de la Caraba («media de chicharrones de Cádiz a 3,75», dice David, su encargado), hay disparidad de opiniones. David, que es gaditano, sabe bien de «las fiestas improvisadas» y lo que pide al ayuntamiento son «más urinarios», «más control». Si bien no esconde que es un día «muy bueno de facturación» cuya cifra, entre risas, esconde. Allí le rebate un vecino, que prefiere guardar la identidad y que surte de vídeos y fotos. Justo al lado, en la panadería del barrio, Carmen comenta que no ha venido ella a este mundo a «interrumpir el disfrute a los jóvenes», y que el 24 a media tarde los chavales devoraban «bocadillos de lo que fuera». No le fue «mal» y lo reconoce sin ambages. David, de La Caraba, insiste en algo: «Esto se está pareciendo mucho a Ponzano».
Y Ponzano, en obras, con sus limitaciones, ha ido perdiendo la esencia. O no. Lucia, camarera de #Lolamenta comenta que, si no trabajase, estaría en estas celebraciones que son nuevas, pero no tanto. Tampoco nos concreta, como empleada, una estimación de lo que se recauda. Si bien sonríe, y destaca «el buen ambiente, la buena música». Y es que en Ponzano la fiesta es completa. 'Tardevieja' y Nochevieja, así lo confirma Mauricio Medina, retratado junto a su camión de hielos. En un viaje «reparte 1.200 bolsas», y explica que en que en Ponzano se puede entrar con luz y salir con luz. La de un año nuevo.
En Argumosa, tan fiestera, no dan razón de aglomeraciones.