LAPISABIEN
San Silvestre, luz y sombra
Será un año duro. Podremos con él y con quienes se nos ponga delante
Plan especial para Nochevieja: empezar el nuevo año dándose un gusto en un hotel de lujo
Madrid
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Iniciar sesiónBueno, será la San Silvestre. Qué felicidad. Andarán de 'tardeo' unos, de correteo otros, pero a ambos las endorfinas les darán la felicidad que sólo está ciudad es capaz de ofrecer. El 24 ya, desde muy pronto, fue un día de frío de los ... que se agarran al pecho y nos dejan el helor dentro, muy dentro. Y estuve mohíno. No me va a pasar eso el 31.
Ni las 'mujercitas', ni la reposición de 'Qué bello es vivir', ni un Moranco que me haga a la Pantoja o la Pantoja misma cantando 'Marinero de Luces' con una lagrimilla abierta: nada. El 31 ya es distinto. Una vez hice una crónica de la Puerta del Sol, con los 'chicotes', las 'pedroches' y en ese plan, y en la cola para entrar a la plaza había hasta una lectora, creo recordar que de Proust, o de Ida Vitale, que a tanto no llego.
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Puedo contar y cuento, como Suárez/padre de Sonsoles, aquellas Nocheviejas en la plaza del Ángel, y aquel chino simpático, que me doblaba las apuestas con el picante. Tanto que me bebí un bote de especias chinas, me invitó a la cena con arroz, y al día siguiente había borbotones de sangre y otras especias en mi domicilio y cañería subsiguientes. No es un cotilleo, es Física, Química y misterio que diría
Uno ya no está para esas cosas. Ni estará. Aunque la Nochevieja en Madrid está para disfrutarla, claro. Con mi Tito Miguel (patrón laico de Argüelles), y ese codillo que almuerza/cena en la terraza, bien orientada, y viendo las gaviotas venir e irse; de Valdemingómez a la sierra y vuelta.
En definitiva, hay que hacer un poco de pedagogía de la ciudad que nunca cierra, que nunca duerme. Aunque se duerma en la casa y, a ciertas horas, sólo los barrenderos indiquen por ventura que existe humanidad y que el hombre sigue poblando está capital insomne.
La ciudad canalla, donde Andrés Calamaro y servidor seguimos creyendo en aquello de Joaquín Sabina, y no lo dijo en Navidad: «Madrid insufrible, pero insustituible».
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Por eso, y por más: por esos días de sol en el Retiro, por una tarde del Prado en que un Tiziano nos conmueve. Por las manifestaciones contra la infamia de Sánchez y de la homofobia.
Será un año duro. Podremos con él y con quienes se nos ponga delante. Recordad la pandemia, y con la lágrima y el temblor, salimos.
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