LAPISABIEN
El primer viento
A ese airecillo tibio hay que darle una columna
Un grupo de jóvenes dialoga tranquilamente en un parque madrileño durante la primavera de 2022
Hay en Madrid ese primer soplo de primavera, la primera manga corta que se atreve. Ya a estas alturas de febrero, que no está tan loco como se piensan, incluso en la Sierra hay algún almendro que ya ha florecido. Qué se le va ... hacer, si sucede que sopla un viento tibio que luego sí, será refrescado, pero a los estudiantes, aunque el día nuble, les pone las sudaderas remangadas del colegio mayor.
Mucho, pero mal, se ha hablado del nuevo clima de Madrid. El año pasado, y el otro, parte de la Semana Santa era como para ir a pecho descubierto, y en el centro las flores estaban reventonas por San Pedro el Viejo. Luego llegarán 'los isidros' con más o con menos aire, pues Las Ventas, con todo lo que la queremos, es una rosa neomudéjar de los vientos, de todos los vientos. Hasta los marismeños.
Hoy, antes de la precampaña, que nos dejará exhaustos, con Isidro, el santo, a beneficio político de inventario, quisiera referirme al primer soplo de primavera aquí en la ciudad, en el mismo sitio de siempre, que es un caño por donde han entrado siempre todos los fríos.
A ese vientecillo suave hay que dedicarle una columna, porque de tan raro y de tan improvisado, casi que ni es madrileño. Luego vendrán los fríos con su estertores, y al tiempo, con el Retiro cerrado, estará la primavera, que puede serlo o no serlo.