El Hospital de La Paz usa inteligencia artificial para diagnosticar a los astronautas

La tecnología que se está desarrollando guiará a los tripulantes de las naves espaciales a la hora de tomar imágenes por ultrasonido de sus propios órganos. La idea es «que sean capaces de obtener imágenes correctas, que sirvan para el diagnóstico, de diferentes órganos», explica Milagros Martín, jefa de sección de Radiología de Urgencias del Hospital de La Paz. Este centro está considerado como el mejor de España y en el puesto número 52 del mundo, según el último informe 'World's Best Hospitals 2022', de Newsweek.

Desde que comenzara la carrera espacial, se han realizado estudios sobre los efectos que la falta de gravedad y la exposición a la radiación cósmica tienen sobre el cuerpo humano. Y se sabe con certeza que ambas circunstancias configuran un entorno muy hostil para el cuerpo humano. Por eso, este procedimiento en el que se está utilizando la inteligencia artificial, permitirá guiar a los astronautas en la toma de imágenes del interior de su organismo, de manera que luego puedan ser analizadas.

Según explica Milagros Martín, «nuestra misión es identificar y detectar imágenes normales y patológicas, con las patologías más relevantes que pueden afectar a los astronautas en los diferentes órganos». Su trabajo va desde el asesoramiento clínico, «en colaboración con especialistas médicos de la Agencia Espacial Europea», hasta la «provisión de datos» y la «evaluación clínica del proyecto desarrollado».

Concretamente, la Sección de Radiología de Urgencias ha llevado a cabo el trabajo de sistematización de imágenes de ecografía para que la herramienta de inteligencia artificial las aprenda y sea capaz de diferenciar lo que es normal de lo que supone una patología. Todas las imágenes se etiquetan, en función de los órganos diana seleccionados, que son el riñón, la vegija, el músculo, el sistema venoso profundo, el corazón y el ojo. Órganos que se han elegido teniendo en cuenta las patologías más frecuentes relacionadas con la microgravedad.

De hecho, durante los viajes interestelares, y debido a las condiciones que rodean la estancia en el espacio, pueden darse problemas de salud entre los tripulantes. Ocurre, por ejemplo, que a causa de la falta de gravedad, se produce una pérdida tanto de masa ósea como muscular. Pero también hay otras dolencias relacionadas con la vida en el espacio, como el deterioro de la función hepática, el aumento de la posibilidad de sufrir cálculos en el riñón debido a la descalcificación, o la aparición de trombosis venosas en localizaciones atípicas: en las yugulares, por ejemplo, que no están preparadas para el retorno de la sangre como las de las piernas.

No son las únicas enfermedades vinculadas con la vida del astronauta: también es más habitual que el ojo se vuelva hipermétrope. Y la radiación cósmica tiene un impacto negativo en el bazo, el sistema inmunológico y el corazón.

Esta tecnología que se está desarrollando permitirá asistir a los astronautas para que consigan imágenes de alta calidad diagnóstica de sus órganos. Una vez conseguidas, el personal médico podrá identificar, de manera remota desde la Tierra, las afecciones que pudieran sufrir, y diagnosticarlas en una etapa temprana, poniendo los remedios médicos necesarios para evitar que avancen.

Por ejemplo, para analizar un riñón inflamado por un cálculo, el sistema sugerirá cómo colocar la sonda y detectará cuándo la imagen tomada en tiempo real por el equipo de ultrasonidos permite un diagnóstico.

El papel del Hospital universitario de La Paz ha sido clave para el desarrollo del sistema de imagen médica que utilizarán las futuras misiones espaciales europeas. También han participado en este proyecto, junto a la ESA, investigadores del Grupo de Física Nuclear de la Universidad Complutense de Madrid.

Aunque el objeto primordial del proyecto es la salud de los astronautas, las aplicaciones del mismo son muchas más: como señala Milagros Martín, la jefa de Radiología de Urgencias del Hospital de La Paz, «también va a permitir que en la Tierra lo utilicen médicos no especialistas o técnicos en áreas apartadas, rurales y de difícil acceso a la tecnología, y en países en vías de desarrollo».