El eterno desmontaje del 'scalextric' de Vallecas, en un callejón sin salida

Esos «estudios» técnicos son los mismos que se conocieron el pasado abril y que determinaron que tirar el puente «no recuperaba ningún metro cuadrado» para los vecinos ni «modificaba sustancialmente la congestión» del tráfico, informó entonces el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (PP). Es el único informe del área, un documento de 12 páginas, realizado sobre el proyecto que alumbró el exregidor Alberto Ruiz-Gallardón (PP) en 2004 y que imaginó un cruce sin 'scalextric' con el tramo de la M-30 que lo sobrevuela soterrado.

De acuerdo con la «modelización» que hizo Movilidad del plan de Gallardón, el desmontaje de la estructura erigida en 1977 obligaría a construir tres carriles por sentido bajo tierra y otros tantos en superficie para evitar atascar la circulación. «Tendría que haber un montón de carriles, con dársenas de buses, no se podría quitar ninguna línea, y habría que paralizar la L1, parar la M-30 mientras dure la obra... y no se ganaría nada para el ciudadano», zanjó el pasado fin de semana García Romero.

Noticia Relacionada

El 'scalextric' de Vallecas, una brecha social y un final que no llega

La decisión de replantear el proyecto original dada su inviabilidad no ha sentado bien en los barrios limítrofes

Desmontar el puente, con un coste de casi 100 millones de euros, es la parte más sencilla. Para soterrar la M-30 habría que zambullir la circunvalación bajo la línea 1 de Metro, en una zona donde el terreno es empinado. La única forma de salvar el desnivel sería cavar un túnel de varios kilómetros que suavizase la pendiente. Con el informe desfavorable de abril, Carabante anunció que encargaría «estudios de alternativas» para valorar otras opciones y, sin embargo, siete meses después, todavía no hay novedades sobre la mesa.

El futuro del 'scalextric' está en manos del grupo de trabajo municipal, formado por los distritos de Retiro y Puente de Vallecas y las áreas de Obras y Movilidad que se constituyó en marzo de 2021, cuando el pleno aprobó por unanimidad «iniciar los estudios y trámites necesarios para redactar el proyecto». Desde entonces, la mesa se ha reunido «sin periodicidad concreta», dicen fuentes municipales. El compromiso de Almeida era terminar su mandato en 2023 con un plan ya redactado, para el que ha reservado una partida de 1,55 millones, pero el tiempo corre en contra.

Desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) critican las últimas declaraciones vertidas desde el consistorio y las tildan de «falsedades». «El Área de Medio Ambiente y Movilidad no ha realizado ningún proyecto de movilidad alternativo al elaborado hace casi dos décadas», reza la nota. En ese sentido, el presidente de la Asociación de Vecinos de Puente de Vallecas, Jorge Nacarino, denuncia que el citado informe «es el resultado de haber metido en un modelador un proyecto de hace 18 años y eso no es realista».

Cuestiones técnicas al margen, lo cierto es que el enésimo revés recibido no ha sentado nada bien en los tres barrios afectados, dos en el distrito de Puente de Vallecas (San Diego y Numancia) y un tercero en Retiro (Adelfas). La noticia, no por recurrente, ha resultado esta vez esperada. «Es una decepción y ya está», señala, parco en palabras, el presidente de la asociación vecinal Doña Carlota Numancia, Javier Moral. Su reacción contrastaba con la de su homóloga, al otro lado de la brecha, mucho más extensa aunque con igual indignación. «No lo sabíamos, nos sentimos engañados, se dio un paso adelante en el pleno del ayuntamiento de marzo [de 2021] y al final mira, es un poco indignante», sostiene la representante de Retiro Sur, Camino Cuesta.

La portavoz recuerda que el único proyecto del que han tenido constancia en esta larga travesía es el original, planteado en 2004 por Gallardón. Del último plan del Gobierno actual, que tuvo luz verde de todos los grupos municipales meses atrás, en cambio, no han vuelto a recibir noticias. «No hemos hablado con ningún partido, todo lo que sabemos es porque hemos escuchado las declaraciones del alcalde y de la concejal de Obras», añade Cuesta. Ella mira al futuro y apunta al sinfín de mejoras que obtendrían los residentes: «Uniría los barrios, habría zonas más verdes y menos ruido, tráfico y contaminación. No es agradable pasar por allí, está todo sucio».