Los colegios de Madrid abren sin dar clases: «Tener un sitio donde se queden los niños es un alivio»

«Necesitamos volver al trabajo y tener un sitio donde se queden es un alivio», expresa otra madre que dejaba a su hijo también en este centro educativo público. La Comunidad de Madrid, según informó a última hora de ayer la presidenta Isabel Díaz Ayuso, mantendrá durante todo el día las escuelas infantiles, colegios, institutos y centros de formación profesional públicos en funcionamiento, aunque no tendrán actividad lectiva. «Estarán para ayudar a familias y a los niños y jóvenes», señaló Ayuso.

A primera hora de la mañana el Colegio Claret de Madrid, situado en el distrito de Chamartín, acogía a casi una treintena de estudiantes. «De los 140 que tenemos en segundo de la ESO, hay unos 30», explica a ABC la directora, Camino Rodríguez. Aunque hay mucha incertidumbre en un día como hoy, esperan que conforme vaya pasando la mañana estas instalaciones comenzarán a llenarse un poco más. «La mayor parte de nuestro alumnado es del barrio, pero tenemos también alumnos que viven en otras partes de Madrid», señala.

Noticia Relacionada

Más de 20 horas esperando: «Hemos tenido la sensación de estar tirados como perros»

Xavier Vilaltella

El tren, que había salido de la estación María Zambrano de Málaga en dirección a Atocha, se detuvo a 80 km de Córdoba

Jugando a juegos de mesa o preparando actividades para los más pequeños, los estudiantes se entretienen durante una mañana diferente. «No podemos avanzar con las actividades, aunque si algún alumno quiere reforzar, también será posible», explican desde la dirección de este centro concertado.

También se respira normalidad en el colegio público de Entrevías en el que Lucía Sánchez Maestre trabaja. «A primera hora, a los desayunos, han llegado dos niños. Ahora estamos con un tercio de niños, unos seis alumnos por cada diez por clase», afirma esta jefa de estudios, que puntualiza que el profesorado está al cien por cien y que mantendrán todo el horario de jornada escolar.

Aunque en los colegios predominaba la tranquilidad entre el profesorado y los alumnos, el día del apagón fue caótico para los familiares. «Mi empresa tenía generador por suerte y tenía conocimiento de lo que pasaba. Sin embargo, muchos padres llegaron a por sus hijos y se quedaron jugando con ellos en el parque», explica otra madre.

En el centro de Entrevías, Sánchez Maestre vivió una situación peculiar: Justo en el apagón, ella trasladaba a pie a los alumnos a los que tocaba natación hasta el polideportivo más cercano. Una vez allí no notaron la incidencia porque el espacio cuenta con generador. «Solo nos nos dimos cuenta porque nos lo contaron los profesores de refuerzo que vinieron a avisarnos. Pero los chicos dieron la clase impartida por nuestro profesor de gimnasia con normalidad. Hasta les pude secar el pelo con el secador a las chicas».

En colegio Claret, cuentan a este periódico desde su dirección, funcionó «con normalidad». Sin embargo, las familias llegaban alarmadas, por lo que pusieron retenes de profesores para atender a los padres. «Al final venían de lejos y estaban inquietos porque veían a todo el mundo en la calle». Eso sí, las complicaciones en las comunicaciones llevaron a que el centro estuviera abierto hasta las 21.00 horas, cuando ya anochecía y la electricidad no había vuelto al barrio. «Llegó la madre de dos niños angustiada porque no tenía manera estar antes», relata a ABC la directora.